La Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) ha sacado a licitación las obras de la fase tres del proyecto de renovación urbana de la Alameda Principal, que se corresponden con la acera sur y que contempla las actuaciones en una superficie de más de 11.500 metros cuadrados. El presupuesto de licitación de esta etapa asciende a 5.294.100,69 euros, financiado por el Ayuntamiento.
El plazo de ejecución es de seis meses; pudiendo existir simultaneidad con la fase dos --que está en trámite para su adjudicación-- durante su ejecución. Las ofertas a esta licitación se podrán presentar hasta el 19 de diciembre inclusive.
Asimismo, han recordado que este proyecto de ciudad supondrá la recuperación para la ciudadanía de este singular enclave como lugar de encuentro.
La actuación completa --fases una, dos y tres, con una inversión total de más de once millones de euros--, redactada por la Gerencia Municipal de Urbanismo y en coordinación con el resto de áreas, será financiada entre el Consistorio de Málaga y el Gobierno andaluz y es fruto de un amplio proceso participativo en el que vecinos, comerciantes y colectivos han sido partícipes del mismo.
El fin es la renovación urbana de la totalidad del ámbito, desde la plaza de la Marina hasta la conexión con el puente de Tetuán, según han recordado desde el Ayuntamiento a través de un comunicado.
La previsión de llegada del metro a la Alameda, la remodelación realizada en el mercado de Atarazanas, la reordenación del entorno de la Catedral y la ordenación del espacio Soho, tienen continuidad con la actuación que ahora se propone. Se progresa así en el proyecto genérico de lograr un entorno ciudadano amable y de calidad al tiempo que se aborda la renovación de infraestructuras urbanas obsoletas e insuficientes para las nuevas demandas establecidas en los centros históricos.
Por otra parte, las actuales obras en ejecución del metro en la llegada hasta la Alameda, cuyo proyecto ya prevé la renovación de la acera norte, hace necesario generar un proyecto completo, único, de todo el espacio, pues tuvo una concepción unitaria en su origen y es un espacio con un importante número de elementos de alto valor histórico y en el que confluyen usos debido a su carácter de espacio de centralidad.
No obstante, el desarrollo de la ejecución y gestión de las obras requiere ser contemplada en tres fases, que de forma específica, quedan reflejadas en el proyecto.
Han recordado, de igual modo, que corresponde la fase uno a la acera norte, con financiación y contratación por la Junta, vinculada a los obras del Metro. Las fases dos y tres serán financiadas y ejecutadas por el Ayuntamiento.
La fase dos, que está en trámite para su adjudicación, abarca el encuentro de la acera norte con la calle Larios y plaza de la Marina, así como el espacio central, las obras contempladas de adecuación en el aparcamiento subterráneo de la Plaza de la Marina así como la rehabilitación de la escultura del Marqués de Larios y la mejora de su ubicación. La fase tres abarca las obras correspondientes a la acera sur.
GRAN TRANSFORMACIÓN DE LA ALAMEDA
El proyecto de ordenación del espacio Alameda Principal se plantea desde el punto de vista de la recuperación histórica y la conservación patrimonial, incorporando esta capa histórica a la capa funcional e informacional que configura el espacio contemporáneo.
Como proyecto recuperador del espacio decimonónico, e independientemente de la ubicación del tráfico, se proyecta el nuevo espacio de la Alameda. En una primera intención de proyecto se dibujan las líneas pertenecientes al contorno de la antigua rambla o bulevar, cuya pavimentación se correspondía con materiales arenosos y alberos de carácter continuo.
El material base de este contorno se compone, por tanto, de un pavimento continuo de colores cobrizos teñido con árido del lugar en masa, en un gesto por recuperar el material continuo y anaranjado presente en la época. En su superficie, se corresponde con el soporte de equipamientos de ocio, tales como juegos de ajedrez, infantiles, de música, áreas expositivas vinculadas al barrio del Soho, pizarras o mesas de juegos.
Desde el punto de conservación de los ficus, se establece una zona mínima de 5,4 metros en un gesto de dignificación a este patrimonio centenario, con un pavimento bandas en el que se alterna un pavimento verde de tierra vegetal y pavimento sólido prefabricado para diferenciarse con claridad del resto de material continuo.
Asimismo, se destinan al uso peatonal las zonas laterales. Proponiendo un pavimento prefabricado blanco de grandes dimensiones, teniendo en cuenta el carácter contemporáneo de esta área que se sitúa fuera del contorno del antiguo bulevar y que supondrá la zona de paseo tanto en la acera norte como en el sur.
En la proximidad a la fachada el pavimento es de piedra crema ámbar de formato pequeño, en una puesta en valor al contacto con el patrimonio arquitectónico, así como en los portales de los edificios donde la alfombra crema ámbar entra en el pavimento prefabricado y aumenta la escala del formato. Una pequeña plaza para cada uno de los edificios de la Alameda.
Tanto la acera norte y sur cuenta con una hilera de árboles de pequeña escala a unos cinco metros de las fachadas, que además de proporcionar una escala más doméstica y una limpieza del ruido visual derivado de la actividad comercial en las plantas bajas, servirá como límite estricto de las posibles terrazas que surjan como apoyo a la hostelería.
Así, se restringe el tráfico rodado al espacio central. En total, cinco carriles distribuidos del siguiente modo: transporte privado (dos carriles) y transporte público (tres carriles). El material será de hormigón percolado fotocatalítico, estableciendo una diferenciación de la huella correspondiente a la antigua rambla central de la Alameda.
Las paradas de autobuses se ubican en las zonas de pavimento continuo, adquiriendo un color cobrizo desaturado de sensible diferencia en un área focalizada para contribuir al efecto llamada del pasajero, pero manteniendo su textura con la intención de mimetizarse con el espacio público circundante.
De esta manera, las paradas de autobuses en el ámbito Alameda no se entienden como un punto de espera focalizado sino como una extensión del espacio público en sí mismo, dotadas de un banco situado transversalmente a la carretera, pavimentos regulados según la normativa de accesibilidad, y un tótem corporativo con paneles LED de información y publicidad específicamente diseñado en sustitución de las antiguas marquesinas.
El carril bici discurre por la acera norte, en el espacio resultante entre el contorno de la huella de la rambla y el pavimento prefabricado, constituyendo un total de 470 metros que ensambla con su continuación existente en la zona este y oeste.
El Ayuntamiento de Málaga ha redactado este proyecto que contempla destinar a espacios peatonales tanto la zona norte como la sur junto a los edificios, restringiendo el tráfico rodado a la franja central. La totalidad del espacio se regirá bajo criterios de accesibilidad universal y diseño para todos. Al tiempo que se prioriza al peatón, se continúa con la firme apuesta municipal de favorecer el transporte público de calidad, sostenible y eficaz.
La innovación y el respeto al medio ambiente serán las cualidades principales de los materiales elegidos para dar forma a este ámbito.
También el Ayuntamiento pondrá en valor el gran conjunto arquitectónico existente y han recordado que se eliminará la rotonda de tráfico frente a calle Larios y se dará realce a la escultura del Marqués de Larios, obra de Mariano Benlliure, integrándola en la zona peatonal que da entrada a la calle que lleva su nombre, y con una zona verde de respeto perimetral que recuperaría su límite de forja original.