Más patrimonio y más conservación hacen más grande a cualquier ciudad, sobre todo, si quiere emblemar la cultura y el arte como rasgos para el desarrollo turístico. Y Málaga quiere dar otro paso. Ayer,
el pleno aprobó una declaración institucional que busca que el Monte Gibralfaro y la calle Alcazabilla sean Patrimonio Mundial de la Unesco.
Así, se decidía iniciar la tramitación para que el entorno Gibralfaro-Alcazabilla sea incluido en la Lista Indicativa de Patrimonio Mundial de la Unesco con la
presentación de la candidatura al Consejo del Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura; formar un
grupo interno de trabajo en el Ayuntamiento de Málaga con vocación de permanencia con responsables de Patrimonio, Arquitectura, Historia y Parques y Jardines, y organizar un
sistema de trabajo con colectivos de la ciudad y los museos Picasso y Málaga para aceptar sus sugerencias para el éxito de esta candidatura.
La moción, que fue
propuesta por el grupo de Ciudadanos pero que se elevó a institucional, incide en que dentro de la historia de España, Málaga, “
ciudad portuaria y siempre abierta, es una de las que más huellas de civilizaciones pasadas acumula en su entramado urbano, que creció a las faldas del monte Gibralfaro ('monte del faro'), de tal importancia que el perfil del monte es el escudo de la ciudad”.
“Son sitios donde
el paisaje ha condicionado la acción humana y ésta ha quedado reflejada de una manera visible. O también, donde el paisaje, en este caso un monte que es una atalaya, ha condicionado la acción humana, como es la creación de la ciudad de Málaga, que lo hace alrededor de Gibralfaro, de nomenclatura árabe, de una vital importancia estratégica, como demuestran los restos fenicios encontrados bajo el edificio del actual Rectorado”, se recoge en el texto aprobado en pleno.
Además, se recuerda que “dado el posicionamiento conseguido por
Málaga como ciudad de los museos y su ascenso al tercer lugar en el Observatorio de la Cultura, creemos que sería interesante resaltar con un señalamiento como el de la Unesco que en el monte Gibralfaro y en la calle Alcazabilla tenemos la fortuna de disfrutar y de vivir un museo de la Historia al aire libre único en el mundo por la concentración de culturas visibles”.
Pero
no será una cuestión rápida ya que en el texto se reconoce que “la candidatura no es un proceso fácil” y recuerdan el caso de Madrid y el reconocimiento del Paseo del Prado y Buen Retiro, que se empezó a trabajar en la propuesta en 2014 y fue en 2021 cuando se le otorgó esa distinción. “
Es un proyecto de ciudad que requiere la continuidad en el empeño de distintos equipos y tener a su cargo a una persona cualificada en Patrimonio, como la tuvo Madrid”.