El tiempo en: San Fernando
Martes 12/11/2024
 
Publicidad Ai
Publicidad Ai

La tribuna de El Puerto

Mi derecho, tu derecho

¿Qué pasa, que tu conciencia es mejor que la mía? ¿Y eso quién lo decide?, ¿ellos?, ¿ellas?... ¿elles?

Publicado: 16/10/2021 ·
13:21
· Actualizado: 17/10/2021 · 11:17
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
  • Ione Belarra e Irene Montero, en el Congreso. -
Autor

Viva El Puerto

La redacción de Viva El Puerto analiza el panorama social y político de la ciudad para que estés al tanto de todo

La tribuna de El Puerto

Una ventana de opinión abierta a la actualidad portuense. El análisis más acertado de lo que ocurre en la ciudad

VISITAR BLOG

Alejandro Merello

Y es que este afán de la izquierda por legislar cuanto a ellos se les antoja como primordial, crea estos agravios comparativos. Ayer, camino a casa, me crucé con un señor mayor -al menos mayor que yo-, que repartía su equilibrio a dos manos. Con la derecha asía firme, pero con cariño a una niña pequeña que a penas se mantenía en pie, imagino que su nieta, y con la otra controlaba a un perro de esos conocidos antaño como “falderos”.

Mientras contemplaba la entrañable escena familiar, se me vino a la cabeza un pensamiento algo macabro, entiéndame, más irónico que macabro: llegado el caso, ¿a cuál de los dos sería más “fácil” practicar la eutanasia, al abuelo o al perro?

Y es que este afán de la izquierda por legislar cuanto a ellos se les antoja como primordial, crea estos agravios comparativos. En la mayoría de los casos, sobre materias ya legisladas por otras normas o sobre aspectos no fundamentales o ni mucho menos, urgentes.

Si es que hemos llegado a unos términos en los que resultará más fácil abortar a la edad de dieciséis años sin el conocimiento ni consentimiento paterno que adoptar un perro, ¡que para eso hará falta un cursillo! ¡Ah! y entiéndase el término “paterno” como de padre y madre, no se me ofendan los progres... que ya lo deja claro la Real Academia de la Lengua, pero como esa está continuamente siendo pateada, no vaya a ser que se le escape entre patada y patada.

¿Dónde ha quedado aquello de que mi derecho acaba cuando empieza el del otro?, ¿qué pasa, que yo por mi conciencia puedo acogerme a la Ley de Eutanasia, pero tú, médico, no puedes acogerte por la tuya a la libre elección de objetar a practicarla?, ¿que tú puedes, por libre elección, abortar, pero yo, médico, no puedo objetar a practicarlos? ¿Qué pasa, que tu conciencia es mejor que la mía? ¿Y eso quién lo decide?, ¿ellos?, ¿ellas?... ¿elles?

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN