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Jerez

La inversión privada apuesta por la vida residencial de los cascos de bodega en desuso

La nostalgia por el Jerez bodeguero está ayudando a dar una segunda vida a los antiguos cascos y convertirlos en viviendas

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Obra de rehabilitación de una bodega ubicada en la plaza Silos por Iniesta Nowell Arquitecto

Sección del proyecto Bodega Cristal por MAlbarquitectos

Rehabilitar y recuperar los decimonónicos cascos bodegueros  de Jerez y darles una segunda oportunidad alejada del uso industrial se torna en un difícil reto urbanístico y arquitectónico. A pesar de ello, hay una corriente que intenta rescatar estas edificaciones, adaptándolas ahora a uso residencial, apostando así por mantener vivas estas señas de identidad  de la ciudad y del Jerez bodeguero de antaño. Muestra de ello es la vivienda unifamiliar que actualmente está realizando el estudio Iniesta Nowell Arquitectos en un casco menor ubicado en la plaza Silos. Ejemplo del interés que despierta estas naves en la inversión privada.

“Reconvertir estas edificaciones puede ser una buena opción puesto que  ocupan un espacio que los promotores ya tienen ganado, pudiéndose aprovechar así su estructura. Hay que buscar la estrategia para sortear las desventajas que pudiera presentar la adaptación, como ventilación e iluminación, pero en general es una oportunidad muy buena para rescatar los cascos de bodegas y desarrollar en ellos cualquier actividad terciaria gracias a su versatilidad”, comenta el arquitecto Rafael Iniesta Nowell, quien junto a su equipo están adaptando lo que en principio era una bodega que ocupaba el total de la parcela a una vivienda que contará con patio a modo de jardín y alberca, “hemos tenido que buscar la manera de ganar luz y ventilación recuperando  callejones y almizcate”, primera rehabilitación que realiza el estudio en el interior de una bodega y que esperan que no sea la última.

Pero recuperar estas naves no siempre es tan sencillo o incluso conveniente. Para el arquitecto Miguel Ángel López de Malbarquitectos, no todo vale. “Debe conservarse aquello que realmente tenga interés, no toda construcción antigua tiene que ser buena. Puede tener un siglo de antigüedad y no tener valor arquitectónico alguno”.  Aunque para López, los cascos no están tan aprovechados en la ciudad como deberían, independientemente del público al que vaya. “Es que no tenemos que pensar en construir una vivienda tradicional como estamos acostumbrados. Nosotros proponemos una estructura de loft, dotándolos de entre plantas en el que se pueda desarrollar distintos espacios y que cada uno lo ordene como prefiera”. Malbarquitectos realizó un proyecto de reconversión de una antigua bodega protegida, ubicada en la calle Romero Palomo para rehabilitarla en 26  viviendas, la cual ganó el concurso propuesto por Emuvijesa en 2008 con el fin de revitalizar el entorno del conjunto histórico y artístico de la Merced, pero que finalmente no se llegó a construir.

Desde el punto de vista artístico, la reconversión de la naves en desuso tendría que ser una obligación, aunque “no nos puede mover el factor romántico de crear estructuras que no sean útiles para la ciudad. El centro histórico hay que protegerlo porque tiene una estructura valiosa, pero no podemos caer en hacerlo sólo por el valor económico o turístico, si no por respeto a la ciudad”, explica el historiador de arte Ignacio Galiardo, quien asegura que el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) actual protege mucho a estas edificaciones, pero que no se pueden quedar en el papel . “Hay que rescatarlo con coherencia, sin perder la armonía del territorio. Hay que tener en cuenta que demoliéndolos no sólo se pierde el valor material de la obra, también el inmaterial de las vivencias y la historia del carácter social de la ciudad”.

Además, el pasado mes de diciembre el Pleno municipal aprobó la modificación puntual del PGOU para construir cien viviendas en el antiguo complejo bodeguero de La Riva, ubicado en la calle Arcos y María Antonia de Jesús Tirado, actuación a la que se sumaron todos los grupos políticos. “Nuestra intención es seguir facilitando iniciativas que sin alterar el grado de catalogación de las construcciones bodegueras puedan servir para otros usos, obligando a conservar la estructura de los mismos, como por ejemplo la de la Riva. A su vez, esto demuestra que el sector inmobiliario en la ciudad está equilibrado y que se están ejecutando proyectos de manera sostenible”, subraya el delegado municipal de urbanismo, José Antonio Díaz.

Construcciones que esperan tener la oportunidad de renacer en viviendas, creando un Jerez moderno pero respetuoso con su historia.

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