Según explicó, “hay que determinar si realmente era una bandera o una boya con los colores de la enseña española y cuando se cuente con todos los detalles se tomarán las medidas oportunas”.
Por su parte la oposición de Gibraltar acusó ayer a los políticos españoles de “ignorar las leyes internacionales y querer confundir a la opinión pública de España” al mantener de forma reiterada “que Gibraltar no tiene aguas y que el mar alrededor del Peñón es español”.
Para socialistas y liberales la postura que defienden los políticos tanto del partido del Gobierno como de la oposición españoles, “no tiene base legal”.
Alega la oposición del Peñón que el Tratado de Utrecht fue sustituido por la Convención de Naciones Unidas sobre Leyes del Mar que entró en vigor en 1995 y que permite a los estados y territorios reclamar 12 millas de mar donde sea geográficamente posible. El Reino Unido ha reclamado tres millas y la línea medianera en la Bahía.
Recuerda que al firmarse la Convención España expuso su punto de vista, “siendo simplemente una postura política y no contando con efecto legal”. Finalizan destacando que las incursiones de la Guardia Civil en las aguas “no pueden ser permitidas”.
Reunión operativa
Por otra parte El Mundo publicaba en su edición de ayer que “pese a que Moratinos sigue insistiendo en que no existen problemas, la incomunicación entre Gran Bretaña y España sigue alterada en lo que respecta a Gibraltar. Tal es así, que las autoridades del Peñón dejaron plantadas a las españolas en una reunión operativa prevista para el pasado lunes en Algeciras”.
La reunión, asegura el artículo, iba a tener lugar a instancia de las autoridades españolas, pero el encuentro resultó frustrado. “Desde el Peñón se avisó de que no se acudiría a la cita en la que se iba a tratar de rediseñar las funciones policiales en las aguas del Estrecho”.
La versión oficial ofrecida en la tarde de ayer por la Royal Gibraltar Police (RGP) es que “no se tenía constancia de este encuentro”. Fuentes del cuerpo gibraltareño aseguraron a este diario que no sabían “de qué se trataba” ni de dónde había surgido “esta información errónea”.