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Miércoles 06/11/2024
 

Jerez

“ Los jerezanos le damos la espalda a nuestra historia”

La Ruta de la Barbarie sigue su curso: no se trata de un paseo “para ver ruinas, sino para meditar” y apreciar un legado que hay que defender

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  • Esperanza de los Ríos guiando a los asistentes -

Las citas con La ruta de la barbarie, dirigidas por Esperanza de los Ríos, han vuelto a congregar el interés de numerosos ciudadanos interesados en conocer la cara oscura que esconde, en este caso, una rincón del casco histórico, apenas unos 200 metros en torno a la plaza del  Mercado, para poner de manifiesto una vez más la necesidad de proteger un patrimonio que la ciudad puede terminar perdiendo.

De los Ríos explicaba en el recorrido que ha llamado “suite de los expolios” a la Ruta de la Barbarie porque  “me ha apetecido utilizar un término musical, puesto que suite es una palabra francesa que denomina a un tipo de composición musical que viene a significar serie. Cómo se conjuntan en una sola composición diversas piezas de danza que contraponen composiciones muy alegres junto a otras mucho más solemnes, es decir, lugares muy  bellos y arrasados. Se trata de una contraposición barroca que aparece en todas las expresiones de dicho arte”.

“No se trata de un paseito para ver ruinas, sino para pensar, para meditar, para que un día vengáis solos y lo admiréis en silencio, que es como se aprecian las cosas, y servirá para saber qué se ha hecho mal, o sea, todo, y preguntar qué se ha hecho con el dinero, o sea, enterrarlo en un boquete”, lamentaba De los Ríos nada más dar comienzo a la ruta.
Esperanza contó con la intervención de Fernando Aroca y Manuel Romero, quienes la acompañaron durante todo el recorrido.

Asimismo, las personas que asistieron a la ruta estuvieron atentos a todas y cada una de las explicaciones que iba trasladando, provocando asimismo la participación de los asistentes para concienciar a los vecinos a través de un toque de humor,  y animarles a ejercer nuestro derecho ciudadano para que la política  cumpla sus promesas. “Cada vez que llega un alcalde nuevo al consistorio, dice que va a apostar por el centro histórico. Encima ahora se ponen con la plaza de las Angustias, a la que no le hace falta reforma alguna”, criticaba de los Ríos.

La portavoz de la plataforma Jerez, Patrimonio Destruido eligió la plaza del Mercado como punto de partida por su gran importancia, ya que aparece en los primeros dibujos de la ciudad, fundamentales para conocer el Jerez del antiguo régimen y su evolución. Así, contó que, “probablemente, en dicha plaza se enterraran los cadáveres de los vecinos, y que se aprovechara ese mismo sitio para celebrar el mercado, algo muy habitual en las ciudades medievales donde la vida se desarrollaba intramuro”.

En una de los extremos de la plaza nos encontramos con uno de los mayores “desatinos”, la casa del cura de San Mateo, “que en su origen contaba con dos plantas, un patio, el techo...y ahora todo eso ha desaparecido,  solo se conoce que el patio hoy por hoy se halla  en Aracena (Huelva)”.
Aledaño a la casa del cura,  el palacio de San Blas, cuya fachada corresponde a una estética de finales del SXVI “y no es la única de nuestra ciudad, pero sí es la que mejor se conserva, pese a su lamentable estado”.

Seguidamente, pasamos a observar el mirador del convento que se encontraba en la calle Cabezas, uno de los elementos de tradición mudéjar que nunca faltaba en una casa española del antiguo régimen, las cuales contaban con muchos elementos de la casa mediterránea o de la raíz romana, como es el patio, el cual se gesta en la época mesopotámica. 

Asimismo, en la fachada  se halla el aparejo de cantería que se empleba desde el SXVI y a lo largo del SXVII con el dintelado de tradición mudéjar, el cual  se mantiene mejor en la casa contigua.
Pasando por la calle Campanillas, descubrimos una vía maltratada, ya que desde el pasado mes de diciembre está sufriendo el desvalijo de sus  losas de piedra de Tarifa del siglo XIX que conformaban su piso, y cuya pared se encuentra pintada por tizas de colores.

Junto a la calle Campanillas,  podemos observar la bodega asilo más antigua que se conserva en la ciudad y que pertenece al palacio de Campo  Real. La bodega con techo a dos aguas y esquina con exedra que sobresale en planta, forma parte de otro elemento de las casas del antiguo régimen, casas multiusos que en el SXVII se vuelven más funcionales aún por el comercio del vino.
Finalmente, el convento del Espíritu Santo es “el remate de los expolios, se trata del convento más antiguo de la ciudad y que cuenta con un enorme valor arquitectónico, pero no está declarado como bien de interés cultural y las monjas han hecho con él lo que han querido”, añadía De los Ríos.

Jerez, ¿turismo de bares?

De los Ríos lanzaba la siguiente cuestión:“¿Cómo se pretende vender el turismo en una ciudad cuyo patrimonio está  en una situación tan lamentable? No quiere decir que no haya bares, pero no podemos centrarnos en unos aspectos tan superficiales mientras el corazón de la ciudad está podrido”.

Paseo por la calle Flores

“La calle Flores era una de esas de las que hay tantas en los cascos históricos debido a  sus trazados almohades.
Cuando este tipo de calles están bien conservadas, se convierten en el barrio de Santa Cruz de Sevilla, cuando no lo están, se convierten en la calle Flores de Jerez”, reprochaba de los Ríos.

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