Los vecinos del centro histórico volverán a echarse a la calle para rebelarse contra la degradación y el abandono que sufre el entorno por el que han apostado para vivir. Será a la vuelta de las vacaciones, ya con el curso escolar en marcha, para concentrar al mayor número de asistentes posibles. La fecha elegida para esta nueva convocatoria para “salvar el centro histórico” -la segunda en lo que va de año- es el día 26 de septiembre a las 20.30 horas y el punto de partida será de nuevo la Plaza del Mercado. Esta manifestación, además, estará respaldada por la junta directiva de la la Federación de Asociaciones de Vecinos del Centro Histórico de Andalucía, que también preside Alejandro González, de la AVV Centro Histórico.
Seis meses después de la gran acogida que tuvo la movilización de enero, en plena ola de frío y que pese a todo logró congregar a más de medio millar de personas, en el seno del colectivo vecinal tienen claro que no pueden seguir quedándose de brazos cruzados “mientras cada vez todo está peor”, lamenta González, para quien el mejor ejemplo del déficit de actuaciones de conservación ha sido la reciente caída de una parte del balcón de la Catedral. Por ello, en esta ocasión, el itinerario diseñado se adentrará en las zonas más degradadas como la Ronda del Caracol, calle Muro, Juan Capital, calle Liebre o Monjas Victoria, entre otras, para finalizar el recorrido frente al Ayuntamiento, donde a buen a seguro habrá sorpresas.
Si bien la reivindicación es “idéntica” a la de la marcha de principios de año, pues reclaman soluciones al abandono del patrimonio y la falta de medidas que favorezcan la repoblación de la zona, en esta convocatoria además quieren mostrar apoyo en la lucha por el mantenimiento del comercio tradicional.Un sector que, tal y como advierte el representante de este colectivo, promotor de esta iniciativa, está siendo objeto de una extinción paulatina en los centros históricos a beneficio de los establecimientos hosteleros.
Según explica González, aunque en el caso de Jerez esta realidad no es tan acusada como en otras ciudades del país, en los últimos meses el centro empieza a experimentar síntomas de la desaparición de este tipo de establecimientos después de que los locales que albergaban a distintos tipos de comercio hayan sido sustituidos por tabancos y negocios del sector de la hostelería. Ya ocurrió en la Plaza del Arenal este invierno, y en breve se plasmará también a pocos metros, en la calle Algarve, donde en los locales de una óptica y una conocida franquicia abrirán próximamente nuevas firmas de restauración.
Un uso “racional” del PGOU
“Esto no es un proceso nuevo, se está dando ya y supone una pérdida de identidad para los residentes porque se nos quita el comercio de cercanía y se nos obliga a coger el coche para ir a las superficies comerciales o a hacer la compra por internet”, apunta González para referirse al detrimento del tejido comercial. Para la voz de los residentes del centro histórico, no se trata de frenar la hegemonía de la hostelería, sino de hacer un uso “racional” del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU)y fijar porcentajes para cada tipo de negocio. Una realidad que, a su juicio, está en manos del Ayuntamiento “si modifica el PGOU”, concluye.