Los primeros manifestantes llegaron al medio día al lugar, aunque los momentos de mayor tensión se vivieron a la entrada del ministro principal, Peter Caruana, al edificio del Parlamento. Previamente lo habían hecho los ministros y los miembros de la oposición, deteniéndose estos últimos a charlar con los compradores.
Entre los manifestantes hubo representación política, no tanto de la oposición ya que tenían obligaciones parlamentarias, pero sí del Progressive Democratic Party, que desplazó al lugar a siete de sus miembros.
Miembros de la Royal Gibraltar Police, entre los que se encontraba el comisario Louis Wink, formaron un cordón policial a la entrada del recinto con miras a evitar que los manifestantes, que en todo momento se habían comportado de forma pacífica, pudieran aproximarse a los ministros a su llegada a la cámara. A la entrada del ministro principal fue cuando más se alteraron los presentes, que llegaron incluso a abuchearle en protesta por los retrasos de sus viviendas.
Podían leerse pancartas como ‘quiero mi casa ya’, ‘Waterport Terraces no son viviendas asequibles’ o ‘pagar es como tirar el dinero al retrete’.
RGP
La policía gibraltareña declaraba ayer, tras las restricciones publicadas en los medios en días previos a la protesta, que apoyaba plenamente el derecho de los ciudadanos a manifestarse pacíficamente, añadiendo que el papel del cuerpo en estas situaciones es facilitar estas manifestaciones y asegurar que se realizan sin infringir las leyes.
Esta concentración en concreto, subrayaba la RGP, no era una excepción y como en casos anteriores los organizadores eran requeridos para una reunión informativa sobre consejos legales y peculiaridades de manifestarse a las afueras del Parlamento cuando está en sesión.
Concluía la policía declarando que en ningún momento informó a los organizadores que no podían abuchear fuera de los momentos en los que el Parlamento está en sesión. Sólo les aconsejaron, matizaba la RGP, que no podían emitir insultos verbales o por escrito.
Por parte del ministro principal, recién llegado de Londres, este tipo de comportamientos no suponen ofensas ni dificultad alguna para él.
Los organizadores negaron ayer nuevamente que la concentración haya sido políticamente orquestada, añadiendo que todo estaba relacionada con la vida de personas normales que se han visto negativamente afectadas por las demoras para hacerse con sus viviendas.
Michelle Austin, una de las propietarias y principal organizadora de la protesta, tenía previsto hacer entrega al ministro principal de un escrito en el que se le solicita que fije una fecha fija para la entrega de los pisos en cuestión.
La manifestación coincidió con un anuncio de GRP Investments, informando que los inquilinos de los bloques 1,2 y 8, podrían conocer fecha de entrada a sus viviendas a partir de la tarde de ayer. Esta medida fue catalogada por los concentrados como un éxito a raíz de su protesta o un intento por parte del Gobierno de insinuar su apoyo a la manifestación.
Para la oposición socialista liberal, el actuar de la policía y las restricciones impuestas, le llevan a insinuar que el cuerpo policial está actuando bajo los deseos del ministro principal, expresados directa o indirectamente, reforzando el cumplimiento de las leyes cuando a él no le gusta una manifestación en particular. Aseguran que da la impresión que existe un criterio para las protestas contra el Gobierno y las que lo son contra otra entidad cualquiera.