Han pasado prácticamente dos meses desde el inicio de la legislatura. ¿Le ha dado ya tiempo de aterrizar en el cargo?
—Ya tengo un diagnóstico de las delegaciones que asumo. La situación es de atasco y se han vendido cosas que no eran verdad. Lo de contratación no tiene nombre. Hemos sacado adelante una barbaridad de expedientes. Ya podemos hacer unas primeras valoraciones de lo que hemos encontrado...
¿Y qué análisis es el que puede hacerse?
—Nos estamos volcando en sacar adelante contratación. Hemos pasado de no tener junta de gobierno en agosto a tener dos por semana para sacar adelante los expedientes pendientes. Hasta la semana pasada íbamos por 532 acuerdos en Junta de Gobierno, un auténtico disparate y un reflejo de la situación en la que se encontraba el Ayuntamiento.
El hecho de que el grueso del equipo de Gobierno carezca de experiencia previa en la Corporación, ¿facilita o complica las cosas?
—Creo que puede ser una debilidad o una oportunidad. Personalmente lo veo como una oportunidad, porque no tenemos prejuicios. Me siento con los directores de área y me cuentan cosas que no concibo. En mi profesión las cosas se ajustan a unas normas, hay una planificación... Lo primero que hay que definir es hacia dónde vamos, pero para ello hay que saber de dónde partimos. Algunos directores se alegran de que por fin se planteen algunas cosas...
¿Y lo de gobernar con siete concejales..., ¿cómo se hace?
—Con muchísima coordinación y el apoyo de los técnicos, pero siempre separando la decisión política de la gestión técnica. Nosotros tenemos que decir hacia dónde tiene que ir la ciudad, pero todo lo demás corresponde a planteamientos técnicos. No hay parcelas diferentes. Todos los recursos del Ayuntamiento deben volcarse en los proyectos de la ciudad. No puede haber delegaciones encerradas en sí mismas. Se vuelcan los recursos y se optimizan. No hay duplicidad de funciones. No queda otra, porque somos siete en el Gobierno y porque la ciudad necesita un Ayuntamiento al 200 por ciento. No podemos hacer cortijos en cada delegación.
¿Le gustaría que otros partidos se integrasen en el Gobierno?
—Personalmente pienso que cuantas más personas se sumen al Gobierno su trabajo va a ser más positivo. El consenso ayuda y nos hace a todos partícipes de un proyecto. Si se suman les voy a dar la bienvenida y creo que sería positivo. Es cierto que quizá nos llevaría más tiempo llegar a acuerdos, pero ese acuerdo estaría legitimado por más fuerzas políticas. A nivel personal me encantaría que se sumaran a este proyecto.
¿Cuáles son los asuntos a los que da prioridad en su agenda?
—El empleo, el empleo y el empleo. Después del empleo, la vivienda, que se tiene que poner al servicio de los ciudadanos, algo que creo no ha ocurrido en estos años anteriores. Hay que trabajar para que esta ciudad ofrezca oportunidades a los jóvenes, y para eso hay que volcarse en el empleo.
¿Qué se puede hacer desde un ayuntamiento en una materia como la del empleo en la que tan limitadas son las competencias municipales?
—Sobre todo facilitar la llegada de emprendedores. Desde el PGOU se puede crear empleo. Tenemos que poner el campo para que se genere empleo y sobre todo colaborar con el resto de las administraciones, huir de la confrontación.
¿Hacia qué modelo económico tenemos que caminar?
—Es una cuestión que hay que poner sobre la mesa y en la que todos los grupos políticos se tienen que mojar. Se me ocurren muchas cosas, como el sector agroalimentario, pero también esa cultura de alimentación kilómetro cero, porque hay que pensar en un sistema sostenible... Es una cuestión de consenso político. No nos podemos levantar de una mesa sin tener claro hacia dónde queremos ir, y desde luego el emprendimiento tiene que ser una prioridad.
El PTA, el Polo Aeronáutico, la Ciudad del Flamenco... Llevamos años dándole vueltas a los mismos asuntos, pero nada termina de arrancar. ¿Por qué?
—Creo que falta entendimiento entre administraciones. Jerez debe estar por encima de los colores políticos. Una de las primeras reuniones de la alcaldesa con la Junta fue precisamente para hablar del PTA. Hay que solucionar cosas y no enquistarnos en cuestiones políticas. Tenemos que buscar viabilidad para ese proyecto, porque era bueno, una oportunidad de desarrollo.
¿Cómo se puede reconducir ese asunto en concreto?
—La alcaldesa está trabajando en ello. No puedo adelantar nada ahora, pero se está trabajando y se explicará cuando llegue el momento.
El Gobierno anterior trasladó a la Unión Europea una propuesta para acogerse a fondos por valor de 175 millones de euros. ¿Se va a mantener tal cual estaba o se va a modificar? ¿Qué plazos se barajan para obtener algún tipo de respuesta?
—En ese asunto también se está trabajando y creo que en breve tendremos algo más en claro. Los fondos ITI no tienen nada que ver con el color político del Ayuntamiento y son unos fondos que interesan a toda la provincia. Se está trabajando desde una mesa técnica, pero siguen para adelante y por supuesto estamos esperándolos como agua de mayo.
¿Son este tipo de fondos el principal recurso de los ayuntamientos para ejecutar inversiones?
—Es una oportunidad única y no podemos entrar en ningún tipo de disputa. Debemos tener el diagnóstico certero de dónde actuar para que esto no sea algo excepcional y puntual, sino que se convierta en un punto de inflexión para la provincia. Creo que todos estamos de acuerdo en eso. Esto hay que sacarlo adelante en las mejores condiciones y con la idea de acertar en todas las actuaciones que se vayan a llevar a cabo.
La alcaldesa le ha encomendado el área de Recursos Humanos. Menuda papeleta...
—No lo veo como una papeleta, aunque todo el mundo me lo dice. El adjetivo “humano” me apasiona. Es un reto personal y estoy leyendo revistas, me están pasando documentación. Confío mucho en la dirección que tenemos ahí. Se pueden hacer muchas cosas, lo primero cuidar y mimar a los trabajadores de este Ayuntamiento, que es algo que no se ha hecho. Soy consciente de que no va a ser fácil por el contexto en el que estamos, pero hay muchas fórmulas para premiar, incentivar o motivar... Tenemos que ordenar la situación laboral, el tema de productividad, y también actuar en empoderar al trabajador, que se debe sentir orgulloso de lo que hace. Además, el trabajador debe entender la oportunidad que tiene en sus manos, porque hay una situación laboral fuera y otra dentro...
Quienes han podido comprobar la diferencia que existe entre estar ‘dentro’ y estar ‘fuera’ son los afectados por el ERE. Se está trabajando ya en la reincorporación de estos trabajadores, pero ¿existe una estimación del coste de esta operación?
—Estamos haciendo los números. Nos hacía falta un informe jurídico que dijera cómo había que hacer las cosas y ahora tenemos que conocer los números, sentarnos con cada uno de los afectados y hacerles una propuesta. A principios de septiembre empezaremos con esas reuniones, se hará una propuesta desde el Gobierno. Ellos tendrán que renunciar y nosotros también, porque habrá que llegar a un acuerdo. Sería para 2016 y tendríamos que ver todos los números.
¿Qué destino se va a dar a esos trabajadores?
—Paralelamente se está trabajando en la RPT... No es tan fácil responder, pero esa ya sería una respuesta técnica y no política, la política es nuestro interés claro de readmitir a esos trabajadores, porque pensamos que el ERE fue injusto y arbitrario.
¿Qué aspectos deben modificarse en la RPT?
—El primer objetivo es definir las necesidades del Ayuntamiento, para lo que es necesario hablar con los trabajadores y hacer una auditoría sociolaboral, porque se ha hecho una RPT externa sin hablar con la plantilla. Hay que sentarse con los trabajadores y sus representantes. La decisión política es ordenar todo esto, porque hay situaciones de agravio comparativo que generan malestar en la plantilla y desmotivan a la gente.
¿Para cuándo estará listo el reglamento de productividades?
—Tenemos ya un borrador. Hemos pedido a las delegaciones que nos valoren los ítems para que podamos evaluar ese especial desempeño y después hablar con los sindicatos y llegar a un acuerdo. Hay puestos muy diferentes en cada delegación. Eso es lo complicado de un reglamento de productividad. Tiene que ser objetivo.
¿Y eso por qué no lo ha hecho nadie hasta ahora?
—Tengo mi propia opinión. Creo que el reparto de productividades ha hecho rehén a la plantilla de otro tipo de actuaciones, y no voy a decir nada más...
En la plantilla hay mucho personal laboral y poco funcionariado. ¿Se van a adoptar medidas para invertir esta tendencia?
—El problema está en la ley presupuestaria, que ahora mismo no permite ni la promoción interna ni sacar nuevas plazas. Tenemos intención política, porque no es lógico que no se convoquen plazas desde hace tantos años y las oposiciones son las que legitiman a los trabajadores en un puesto.
Se habla mucho del tema de los sueldos. ¿Le parece normal que la alcaldesa cobre menos que muchos empleados municipales?
—No soy partidaria de bajarle el sueldo a ningún trabajador, pero también es verdad que tenemos un contexto muy concreto. Hay que ajustar a la responsabilidad del puesto, a la formación que se requiere, al trabajo extraordinario que se hace en algunas ocasiones...
Pero lo lógico sería que en una administración local, el alcalde o la alcaldesa cobre más que ningún otro trabajador, porque su responsabilidad es mayor...
—Es que se ha entrado en una dinámica... Yo no voy ni a comer a casa. Cuando se asume un cargo político se asume una responsabilidad muy importante. Se hace mucha demagogia en este sentido. Es muy fácil utilizar este asunto y todo el mundo lo hace.
¿Por qué esa carrera de los políticos por reducirse los sueldos?
—La corrupción y la falta de transparencia ha empujado a eso. Quienes han incurrido en esos casos son los menos, pero eso a nivel mediático tiene mucho eco y eso ha generado animadversión en la calle. Ahora tenemos que volvernos a ganar la credibilidad de las personas. Se ha creado una opinión pública en contra de los políticos que demagógicamente avala esa reducción de sueldos.
Cualquiera puede pensar que la Delegación de Deportes es ‘una maría’, pero en estos dos meses le habrá dado más de un quebradero de cabeza...
—Yo veo el área de Deportes como una oportunidad, desde todos los puntos de vista. Lo primero que tendrían que abordar los economistas es el deporte, porque generar hábitos saludables permitiría que el día de manaña no tuviéramos problemas económicos que tenemos ahora. Creo que es una de las áreas más importantes del Ayuntamiento.
¿Cuál debe ser el papel del Ayuntamiento ante una situación de conflicto entre clubes?
—Mantenerse al margen y actuar de manera objetiva. No podemos actuar con intereses políticos en ningún conflicto. Tenemos que mantenernos al margen y ser objetivos, y eso se lo digo todos los días a los técnicos. Aplíquese la normativa y actúese de manera objetiva.
No hemos hablado de Educación, que creo que es su tema. ¿Qué objetivos se ha marcado, teniendo en cuenta que el grueso de las competencias está en manos de la Junta?
—Hay que apostar por el proyecto de ciudad educadora, que todos los espacios de la ciudad eduquen. Si en la Ciudad de los Niños y las Niñas, por ejemplo, te encuentras que sólo hay cambiador de bebés en los aseos de mamás, abuelas y titas... ¿Qué estás educando? Que la responsabilidad del cambio de pañales está en ese cuarto de baño. Eso es educar. Jerez tiene que ser una ciudad educadora y poner la visión educadora por delante en todas las mesas en las que tomamos parte. Hay que poner en valor todas las iniciativas educativas que se ponen en marcha en esta ciudad. Mi apuesta clara va a ser poner en valor todas esas iniciativas que se llevan a cabo en las comunidades educativas, que no se pueden quedar tras los muros de los colegios.
¿Habrá tripartito en Jerez tras las generales?
—Vuelvo a la idea que comentaba anteriormente. Si se quieren sumar al Gobierno, mis brazos van a estar abiertos, porque estoy convencida de que pueden hacer más catorce que siete personas, y digo catorce por decir un número. De todas formas, estoy segura de que el proyecto va a ir para adelante con los siete que estamos trabajando y tal como lo estamos haciendo. No sé si las elecciones van a convertirse en un punto de inflexión, porque es algo que no se ha hablado ni está sobre la mesa. Ahora estamos centrados en desatascar el Ayuntamiento y en poner en funcionamiento todas las piezas que tienen que estar en la misma línea. Brazos abiertos, porque donde hay diversidad, siempre hay riqueza.