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Miércoles 27/11/2024
 

Jerez

El comité de Urbaser no renunciará a las mejoras logradas hasta 2011

En septiembre denunciarán el convenio colectivo y esperan poder negociar a tres bandas el nuevo acuerdo. La concentración de las vacaciones en los meses de verano del personal fijo y la cobertura de las bajas y otros derechos sociales, serán condiciones “irrenunciables”

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  • El comité de Urbaser. -

Hace dos años y medio, la ciudad abrió los informativos nacionales por una huelga de basura que se prolongó 21 días y llegó a acumular en la vía pública más de 3.300 toneladas de residuos. Desde entonces ha habido paros incluso más largos que los de esta ciudad, pero pocos con tanta repercusión como el conflicto que sufrieron los  vecinos de Jerez. Finalmente, un acuerdo alcanzado entre el comité de empresa y Urbaser, concesionaria del servicio de limpieza viaria y recogida de residuos sólidos urbanos, reconducía la situación y evitaba el despido de 125 trabajadores.


Sin embargo, la permanencia en la plantilla de estos empleados de los que la concesionaria pretendía prescindir tras la decisión del Ayuntamiento de recortar el coste del servicio un 20% no sería gratuita. A cambio, la plantilla tendría que adquirir una serie de compromisos por un periodo de vigencia de tres años -desde el 1 de enero de 2013 hasta el 31 de diciembre de 2015- por el que verían reducido su salario en un 10% y tendrían que renunciar a diferentes aspectos por valor de unos dos millones de euros que, hasta ahora, estaban recogidos en el convenio colectivo(congelación de la antigüedad y de la subida salarial hasta 2016 y las vacaciones compartidas en el año). Ahora llega la hora de negociar el nuevo convenio colectivo de la limpieza viaria, y el comité de empresa ya ha advertido que después de tres años “arrimando el hombro” porque la ciudad “lo necesitaba” y en los que no se han cubierto las bajas por enfermedad, ni por muerte y jubilaciones, afrontarán las conversaciones remontándose a las condiciones laborales que tenían recogidas por convenio en 2011.

Esto quiere decir, como resalta el presidente del comité de empresa, Carlos Conesa, que de cara a las reuniones a tres bandas que mantengan en el último trimestre del año, pues denunciarán el convenio en septiembre, es “irrenunciable”, “inamovible” e “innegociable” que el personal fijo vuelva a tener sus vacaciones concentradas en los meses de verano y no durante todo el año. Una situación que repercutía en la contratación en la temporada estival de entre 100 y 200 eventuales, así como que se dé cobertura a las bajas por jubilación, enfermedad y muertes, entre otra serie de derechos que la plantilla había adquirido históricamente.

“La condición irrenunciable que le poníamos a la antigua alcaldesa, y que por ende ahora le ponemos a la nueva y a la empresa es que a partir  del 1 de enero de 2016 partimos del convenio que teníamos en el 2011 y no vamos a renunciar a nada a lo que teníamos porque ya estamos  cuatro años atrás de entonces, al nivel de 2006/2007. No se trata de renegociar sino de empezar con lo que ya habíamos conseguido”, reitera Conesa, que resalta la merma de personal que han sufrido en estos tres años, en los que el Ayuntamiento ha “incumplido” los acuerdos exigiendo a la empresa que contratara a personal en los eventos tirando en un 80% de la lista de exclusión social y obviando a los eventuales que llevaban en algunos casos hasta 15 años rotando para estos periodos del año, que ahora también reivindicarán. Unos condicionantes que trasladarán personalmente a Sánchez, con la que solicitarán una reunión a mediados de semana.

Faltan empleados y sobra basura

En el comité de empresa resaltan la merma de personal que ya sufrían antes de la controvertida huelga, y que en estos casi tres años ha ido a más, lo cual se ha reflejado en las calles de Jerez, por lo que entienden perfectamente las críticas de las barriadas jerezanas, pero advierten que podría ser peor. “Si no fuera por la profesionalidad de la plantilla, la basura llegaría al campanario de Santiago”, apunta Conesa, reconociendo que con el déficit de personal es imposible barrer a diario las barriadas, siendo únicamente la zona centro la que se ha salvado de las críticas a pie de calle.

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