La Junta de Gobierno Local, presidida por la alcaldesa, María José García Pelayo, ha aprobado hoy un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento, Caritas Diocesana de Jerez, la Parroquia Madre de Dios y la Hermandad de la Yedra, para la puesta en marcha de un proyecto de cocina auto-gestionada en el entorno de Madre de Dios, que estará destinado a familias en riesgo social
Este proyecto tiene como objetivo ofrecer a las familias usuarias un espacio donde elaborar sus propias comidas, respetando los gustos, tolerancias alimenticias y cultura gastronómica de las personas participantes, y fomentando el desarrollo de habilidades en la preparación y consumo de alimentos saludables.
Además, se pretende potenciar la cooperación y el trabajo en equipo de las familias participantes, ofreciendo soluciones conjuntas a problemas comunes; así como la integración y las relaciones personales entre las familias participantes en el proyecto sin distinción de procedencia, cultura, raza y religión.
Por otro lado, la Junta de Gobierno Local ha aprobado de manera inicial el proyecto de urbanización de la antigua azucarera de Guadalcacín, donde tiene previsto trasladar su actividad la asociación Madre Coraje.
La redacción de este proyecto de urbanización forma parte del compromiso del Ayuntamiento de colaborar con esta asociación -que se plasmó en la reciente firma de un convenio- para facilitarles el traslado y adecuación de la nave adquirida por Madre Coraje en la antigua azucarera de Guadalcacín.
Para llevar a efecto las obras de adaptación de las citadas instalaciones, el Ayuntamiento, a través de la Delegación de Urbanismo, ha procedido a la redacción, tramitación y aprobación de los documentos necesarios, como son el estudio de detalle – que fue aprobado inicialmente en junio-, el proyecto de urbanización y el de reparcelación. Asimismo, los servicios técnicos municipales asumirán la dirección de las obra.
El traslado de sede de Madre Coraje ha sido uno de los principales objetivos de la asociación en los últimos años, por el incremento progresivo del ritmo de sus actividades de reciclaje y de ayuda humanitaria, que requería de instalaciones más amplias para desarrollar toda esta labor.