—Fue mucho mejor de lo esperado. La participación fue fabulosa. Conforme se iba formando el personal, íbamos viendo que se iban acoplando, uniéndose a esta lógica, que en definitiva es que los ciudadanos, cuando se informan, saltan con estos resultados. No se puede pedir un resultado mejor, con dos manifestaciones en un día y con esta cantidad de personas que vimos. Y se demuestra que el Gobierno se está equivocando. Vamos a ver qué hace en estos días. Si no ven lo que ha habido en la calle, no se que va a pretender el Gobierno, porque se va a traducir en más conflictos, porque ahora vienen los convenios colectivos. Pero esperemos que haya lógica política y que se sienten.
¿Mantenéis la postura de las centrales de continuar las protestas?
—Mañana (por hoy) llamaré a Inmaculada (Ortega). Nos sentaremos y hablaremos de lo transcurrido. De aquí a unos días, después de Semana Santa, no descartamos un recordatorio con otra manifestación o actividades para indicarle al ciudadano que la reforma es un desastre y está poniendo a los trabajadores en una situación inaguantable.
¿Cuáles son los puntos exactos que denunciáis de la Reforma Laboral y que os interesa que se conozcan?
—Hay unos cuantos. El primer error fue hacerlo por un Decreto Ley, lo que significa que no cuentan con los agentes sociales. Luego, que lo justifican diciendo que en España es donde está el despido más caro de Europa. Y eso es incierto. Y que la culpa lo tienen los estatutos de los trabajadores y la normativa por la que nos hemos regido hasta ahora. Eso también es incierto, porque es la misma normativa que, hace unos años, ha generado empleo. Serán otros factores económicos, pero la normativa no es la culpable. Eso lo que hace es empobrecer mucho más al trabajador. Y se le da al empresario una potestad mayor de la que tenía, porque los convenios colectivos los anula, y los convierte en un convenio de tú a tú, y la fuerza del trabajador ya va a ser nula. Y el que antes no tenía un convenio se regía por un convenio del sector, que ya no tiene la validez de antes. Y luego está el daño que se hace a los jóvenes con el contrato de emprendedores, que es un contrato muy precario, por el que puedes estar trabajando hasta los 23 años, de año en año, y despedirte luego sin indemnización ninguna.
¿Qué diferencia esta huelga de la que se presentó a Zapatero?
—Zapatero metió la pata cuando hizo la reforma. Hay que reconocerlo y decirlo. Hablaba de una flexibilización, pero no contó lo suficiente con los agentes sociales, que fue fundamental. Pero en el tema de la contratación no había estas bestialidades. Aquí se ha tocado hasta el contrato parcial. Que los representantes de los trabajadores estuvieran en toda la situación laboral del trabajador no lo anulaba la anterior. Y eso era fundamental. Ahora no hace falta, y la intermediación laboral para un ERE ahora no hace falta. Esta es muchísimo más dura y más grave.
Se os ha criticado mucho a los sindicatos en esta huelga por no haber actuado antes con tanta firmeza...
—Los sindicatos hacen su trabajo. En época de crisis todo el mundo está enfadado con todo el mundo. Molestan los sindicatos, los partidos, la prensa, el vecino... Se vive en una situación muy amarga, con incertidumbre, con miedo. Que haya que retocar cosas en los sindicatos es lógico. Pues claro. Pero desde que existen los sindicatos, que en definitiva lo hacen los trabajadores que se unen y plantan batallas a situaciones muy duras. A base de reivindicación y de lucha es como se consiguen las cosas. Apoyar, en definitiva lo que se está apoyando es a uno mismo. Y si no por ti, por lo menos por los que están detrás tuya, que los jóvenes no se merecen que le dejemos un futuro tan incierto como el que están en perspectiva. Y muchos jóvenes no ven el motivo de la lucha porque se ha vivido bien. Pero los que hemos vivido algo de ello, sabemos que se retrocede a cincuenta años. Eso es llegar a la pobreza absoluta. Los que pelearon entonces para poder solventar esas situaciones, llámese sindicato u otros colectivos, consiguieron un estado del bienestar que ahora está vencido. Y, lógicamente, molestamos. Y lo que hay que ser es solidario, y en los momentos de frío, arroparnos todos e ir hacia delante.
¿Qué medidas proponéis frente a las dos anteriores reformas laborales?
—El primer pilar, que hemos conocido hoy en los presupuestos, era el tema del fraude fiscal. Y ahora le hacen una amnistía. ¿Tú crees que alguien va a devolver cuando se ha pegado cuatro años defraudando, y los demás pagando a Hacienda? Eso no es justo. Y luego el crédito. El dinero tiene que fluir, tiene que moverse, y el consumo genera impuestos. No podemos tener un Consejo Económico y Social, que se le dio tanto bombo, como el que tenemos, y siento mucho decirle al PP que se vuelven a equivocar. Criticaban el anterior, y todavía no hemos estado en Mancomunidad sentados. Y la situación será mala, pero hay cuestiones que ya se pueden hacer en el CES. Por ejemplo, le presentamos propuestas para generar empleo. Si hay una parada de mantenimiento en una fábrica, y tienes que comprar siete millones de tornillos, que no se compren en Barcelona. Que se compren a los pequeños autónomos del Campo de Gibraltar. Si tenemos que hacer cursos, ¿por qué no orientamos la formación a lo que la comarca necesita, temas industriales, eólicos, de turismo? ¿Por qué no explotamos el turismo ya? ¿Por qué no son capaces los políticos de sentarse para hablar de eso? ¿Por qué llevamos 120 años peleando una vía de tren? Y cuando hemos estado en una época de bonanza, ¿por qué no se ha hecho? En la comarca, la valentía política es muy débil. Y, con el potencial que tiene la comarca, se puede vivir mucho mejor que como se ha vivido hasta ahora. Y los sindicatos no generamos empleo. Los que generan empleo son las empresas, pero para eso tienen que ayudarle también. Pero a los autónomos les hace falta unirse entre ellos y que empujen y se quejen de estar vilipendiados por todos los gobiernos, de estar machados a impuestos. Tienen que protestar, y no puede ser contra los sindicatos.