Cientos de cofrades onubenses se dieron cita anoche en la plaza Isabel la Católica para tomar parte en el Vía Crucis organizado por el Consejo General de Hermandades y Cofradías de Semana Santa y con el que, oficiosamente, se da comienzo a las actividades cuaresmales de dicho organismo que reúne a todas las hermandades de Penitencia existentes en nuestra ciudad. En esta ocasión, la ceremonia estuvo presida por la imagen del Santísimo Cristo de las Penas en sus Tres Caídas al conmemorarse el LXXV aniversario de la fundación de la Hermandad de las Tres Caídas. Por este motivo, el titular de la Cofradía fue trasladado hasta la Parroquia de Nuestra Señora del Mar donde ha permanecido el fin de semana, siendo objeto de numerosos actos de homenaje, y en la presente estará expuesto al público en la Capilla de la Esperanza hasta el sábado, fecha en la que está previsto su regreso hasta su sede canónica del Corazón de Jesús.
La jornada comenzó con el traslado de la imagen desde la Iglesia de La Milagrosa (sede fundacional de la Hermandad de las Tres Caídas) hasta la Capilla de la Esperanza, escenario de la primera estación del Vía Crucis. En la presidencia figuraban el alcalde de la ciudad, Gabriel Cruz, y el presidente del Consejo, Antonio González, así como miembros de la junta de gobierno de la Hermandad además de numerosos hermanos, además de las representaciones de otras Cofradías que, portando cirios, compusieron el cortejo en el que el Cristo de las Penas aparecía sobre unas parihuelas. Hasta allí fue conducido en una procesión en la que participaron numerosos hermanos de la Cofradía que dieron calor al traslado, que fue presenciado por numerosas personas que acudían hasta la Plaza Niña para participar en el Vía Crucis que, por vez primera en la historia, era escenario de este acto.
La primera Estación del Vía Crucis se rezó, bajo la dirección de José Manuel Barral, director espiritual del Consejo, en las puertas de la Capilla de la Esperanza, para continuar por la Plaza Niña, donde aparecían unos dibujos de Alfonso Aramburu señalando las distintas estaciones. Al término del Vía Crucis, el obispo de la Diócesis, Monseñor José Viaplana, que participó en su último Vía Crucis del Consejo debido a su próxima jubilación, pronunció unas sencillas palabras recordando la importancia de la Semana Santa y la labor religiosa y social que llevan a cabo las distintas hermandades onubenses, mostrándose muy satisfecho de la respuesta popular a esta jornada y concluyó con el encendido del cirio pascual.
Terminado el acto, se procedió a trasladar de nuevo al Cristo de las Penas hasta la Iglesia de la Milagrosa, siendo muy emotivo su paso por la calle San Cristóbal y, de manera especial, a la altura de donde estuvo el taller-estudio de tantos artistas onubenses y donde el ayamontino Antonio León Ortega esculpiese la bellísima imagen que ayer presidió el Vía Crucis.
Tras unos minutos de descanso, de nuevo se organizó la comitiva que arropó al Cristo de las Penas en su traslado hasta la Capilla de la Esperanza, donde fue recibido por la junta de gobierno de la Hermandad de San Francisco y colocado en un lugar destacado junto al Cristo de la Expiración y la Virgen de la Esperanza, con los que compartirá culto en los próximos días, puesto que hasta el sábado, día 14, no retornara en procesión hasta la Iglesia del Corazón de Jesús, dando así por concluido el amplio programa de actividades llevadas a cabo por la Hermandad con motivo del LXXV aniversario de su fundación.
