Los autores afinan su mensaje en un pase de semifinales con agrupaciones que aspiran a estar en la gran fiesta del sábado
En un concurso como el Colombino en el que se echan de menos letras críticas y directas con la realidad local, más allá de mensajes generales y versos de piropos embotellados a granel, es muy de agradecer el primer pasodoble que en la noche de este martes cantó la chirigota onubense ‘Las peía’. La agrupación, dirigida por José Manuel Avilés y letra de Manuel Gutiérrez y la propia agrupación, soltó un ‘zas’ en toda la boca a la realidad social y política local, con una construcción de pasodoble dividida entre la gracia y la crítica, desnudó con valentía sobre las tablas las vergüenzas políticas de PP y PSOE en Huelva, hizo un guiño al auge de Podemos y dejó claro que en mayo las urnas deberán dictar sentencia. Carnaval implicado en su entorno. Gran tema de una agrupación que volvió a dejar una actuación notable en su interpretación y que, salvo sorpresa, formará parte de la gran final del concurso este sábado.
Otro de los momentos de buena literatura de la penúltima sesión de preliminares lo dejó otra chirigota onubense que también apunta a lo más alto del podio carnavalero de esta edición. Hablamos de la chirigota ‘Este año vamos a tope’, de la Peña de Los Pollos, que en su segundo pasodoble interpretó una bella poesía sobre el amor y sus formas, rematado con el ejemplo de amor sin condiciones que el gran aficionado carnavalero Manuel Correa está dando con su esposa Amparo. Bellísimo. Por lo demás, esta chirigota no acabó de despuntar en sus cuplés, y en el piropo hicieron alarde con sus coches de choque de toda una gran interpretación de carnavaleros ya experimentados en estas tablas.
Fue una noche de agrupaciones, la mayoría, aspirantes a estar en la fiesta final del sábado, en la que los autores apuraron su mensaje para llegar al público. Así, más allá de las destacadas letras ya descritas de ‘Las peía’ y ‘Este año vamos a tope’, la sesión puso sobre las tablas a una de las agrupaciones señeras de este concurso, la comparsa de Valverde, que con el tipo de ‘Los número 1’ apostaron por un tirón de orejas al trato que Cádiz ha dado a la comparsa sevillana ‘Los que barremos pa’ casita’ usándolo para ensalzar el gran respeto que el Gran Teatro siempre ofrece a todas las agrupaciones que concursan, lleguen de donde lleguen; y en el segundo pasodoble, toman la voz del fallecido Manuel Cordero para homenajear su último legado carnavalero en forma de la música que este año defiende la comparsa ‘Los pinturillas’. Buena actuación de un grupo rítmico, sobrados en lo musical y que puso, a su manera, toda la carne en el asador para estar el sábado.
Por su parte, otra de las punteras del Colombino, la comparsa de Tinoco ‘Los flechas’ también presentó su candidatura. Enorme fuerza en la presentación de un grupo con gran montaje musical y de voces. En sus pasodobles, con el verso de Jonathan Nieves, defendió una controvertida letra sobre los traslados de los enfermos terminales al Vázquez Díaz, criticando fuertemente el autor este tipo de servicio médico que acaba siendo el preludio de la muerte. En el segundo, piropo a Huelva con un paseo por sus vírgenes más representativas. Como todo en esta vida, habrá a quien le guste.
Otra de las comparsas que compareció en el coliseo onubense fue la procedente de Trigueros ‘La caja de las melodías. Organilleros chilenos que apostaron, con un verso sencillo, por una defensa de que España sí es Catalunya y por una fuerte crítica a la pederastia en la Iglesia. Digna defensa de su presencia en semifinales de una agrupación que supo disfrutar de este premio. Esperemos volver a verlos el próximo año en las tablas del Gran Teatro.
Y por último, hacer mención a la participación del cuarteto onubense ‘Un cuarteto con empeño’. Una carnavalera casa de empeños que hicieron una simpática teatralización de su propuesta, arrancaron alguna que otra sonrisa, y se llevaron como premio el aplauso del agradecido público onubense.