Hay agrupaciones que se pueden escuchar con los ojos cerrados y saber que hay un sello de autor que las identifica, que las hace únicas, que las distingue y que las coloca entre las buenas, las que hacen de esto del Carnaval cantado una obra de arte. Sucedió este domingo. Un sueño carnavalero, un imaginativo viaje con voces de mujer, una música envolvente desde el primer acorde y un verso medido, con cosas que decir, poético y crítico. Sin duda, la sexta sesión de la fase de preliminares del Concurso de Agrupaciones del Carnaval Colombino 2015 fue la noche de ‘Antoñita la fantástica’.
Bajo la dirección de Víctor Quintero, música del propio Víctor Quintero y Antonio Cabezas, y letra de Cabezas, esta comparsa a caballo entre Huelva y San Juan del Puerto defiende el tipo de sirvientas que se resisten a la sumisión, y lo hacen con el coraje de la rebeldía, la suavidad del poema y la libertad que nace del pensamiento. Con la fuerza musical que añade la púa de Juan Francisco Palacio, el grupo dejó una actuación fantástica, como su nombre, salvando una sesión de claro protagonismo de voces femeninas, y situándose, más allá de la decisión del jurado, entre las grandes comparsas de la presente edición de la batalla de coplas.
‘Antoñita la fantástica’ cerró una noche que fue abierta con la agrupación más importante que pasará este año por las tablas del Gran Teatro: ‘El deseo’. Esta agrupación infantil, fuera de concurso, es una gran noticia para el Carnaval Colombino. Porque la cantera está viva, porque los niños y niñas quieren hacer Carnaval y porque es bueno saber que la herencia puede estar asegurada. Especial reconocimiento para la labor de Manuel Alvarado con estos chicos, ya que ha sabido incentivar el gusanillo carnavalero y ha logrado dar forma a una escuela carnavalera que ponga en valor las virtudes de esta cultura, aquellas que tantas veces quedan solapadas por el ingenuo vicio del adulto, de los dimes y diretes, del carnaval rosa que tanto daño hace al Carnaval. Por eso, estos niños y niñas llenaron el coliseo onubense de ilusión, inocencia y un amor creciente por el Carnaval cantado. También merecen un reconocimiento Emilio Gutiérrez por su colaboración en las letras y Rafael Ramos por su aportación musical.
En cuanto a las agrupaciones dentro de concurso, más allá de lo ya dicho sobre ‘Antoñita la fantástica’, la primera en comparecer en las tablas del Gran Teatro fue la comparsa ‘Aquí mando yo’, agrupación de Isla Cristina que llenó el escenario de tiranas mandatarias bien conjuntadas en las voces y que dejaron una más que digna representación y defensa del tipo.
Por su parte, la chirigota onubense ‘Los hombres de negro’, del Molino, defendió el tipo de Mario Vaquerizo al que, fijo, le pitaron los oídos la noche de este domingo. Idea arriesgada la de este grupo dirigido por Manu Suero, defendida con simpatía, aunque no acabó ni de pellizcar ni de provocar una sonrisa continuada.
Luego fue el turno de ‘La muñeca’, comparsa mixta de Punta Umbría dirigida por el insigne autor Francisco Javier Tinoco. Grupo bien trabajado, que destacó por la sensibilidad del verso y de la interpretación. Lo más reseñable, la belleza musical del estribillo.
Por último, ‘Los poca luz’, chirigota procedente de La Palma del Condado y debutante en este concurso. Mucho que mejorar en este grupo de vampiros cargado de ilusión, pero lleno de matices que mejorar. Eso sí, fueron los responsables del rato de mayor ánimo del público gracias a la amplia troupe de paisanos que poblaron las gradas del Gran Teatro, y cuyos gritos de apoyo hacían parecer que la agrupación era más de lo que era. Pero no. Agradecer sus ganas y confiar en que en venideras presencias en el Colombino sepan morder de verdad para hacerse hueco entre las punteras.