Una arqueóloga aconsejará qué hacer en el Cabezo de la Joya

El objetivo es “tomar medidas definitivas” que pongan fin o, al menos, minimicen al máximo los derrumbes en el Cabezo de la Joya, particularmente en la ladera que da para la calle San Sebastián de la capital onubense. Ese es el planteamiento, según informaron este jueves fuentes de Urbanismo a Viva Huelva, con el que se sentarán el próximo martes, 25 de febrero, técnicos municipales y los propietarios de los terrenos, con la significativa presencia de una arqueóloga que asesorará sobre cómo llevar a cabo las labores.
Las citadas fuentes explicaron a esta redacción que el objetivo de dicho encuentro es “consensuar las actuaciones a llevar a ejecutar destinadas a reforzar la seguridad del cabezo y adoptar las medidas necesarias para aportar estabilidad y minimizar el riesgo de desprendimientos”. En la mesa se sentará la arqueóloga municipal, ya que “al tratarse de una zona protegida y que requiere de su supervisión para cualquier actuación de peinado o movimiento de tierras”.
Como contara Viva Huelva en la edición del pasado martes, las continuas lluvias de la pasada semana originaron nuevos derrumbes en la ladera de San Sebastián con el consiguiente peligro para los muchos viandantes que cada día pasan por la acera colindante al cabezo. Ya en diciembre de 2011, los propietarios ejecutaron llevaron a cabo actuaciones, pero la experiencia ha demostrado que no fueron suficientes. Esperemos que ahora den con la tecla.
Por otro lado, las mismas fuentes antes citadas informaron que ya se están acometiendo las labores de cerramiento y saneamiento del solar ubicado en la Avenida de Adoratrices, junto al centro de salud, y que dentro de esta actuación se plantea también el cerramiento del solar que hay en la calle Fray Juan Pérez  esquina con San Sebastián.
Los vecinos pedían una actuación integral en la zona. Habrá que estar atentos del resultado y eficiencia de las actuaciones que ya, al menos, se empiezan a idear para que la singularidad del Cabezo de la Joya no suponga un peligro para los onubenses que junto a su ladera pasean cada día.