La Audiencia de Granada ha condenado a cuatro años y medio de prisión y al pago de una multa de 2,8 millones de euros a un hombre que fue sorprendido en septiembre de 2020 cuando transportaba en su camión cerca de 450 kilos de hachís por la A-92, una vía utilizada habitualmente por las organizaciones dedicadas al tráfico de estupefacientes para el transporte de la droga hacia el Levante español y el resto de Europa al estar enclavada muy cerca de importantes puntos de cultivo de droga.
La Guardia Civil, que había montado un control en la A-92 a la altura de Diezma (Granada), le interceptó sobre las siete de la tarde del 11 de septiembre del año pasado, cuando viajaba en dirección a Italia. Los agentes le dieron el alto al ver que conducía de manera irregular y descalzo, momento en el que le notaron especialmente nervioso e inspeccionaron el vehículo.
En el interior encontraron un palé envuelto en plástico que contenía 14 fardos y 10 bolsas cerradas que contenían a su vez tabletas de resina de cannabis con un valor total cercano al millón de euros. Junto a la droga, los agentes encontraron tres teléfonos móviles y 3.360 euros vinculados al tráfico de drogas, según consta en la sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia de Granada, a la que ha tenido acceso a Europa Press y contra la que cabe recurso.
El procesado ya fue condenado por el Juzgado de lo Penal 4 de Granada por este asunto como autor de un delito contra la salud pública, pero recurrió alegando que se dedica al transporte internacional de mercancías y que fue engañado, pues desconocía que la droga estuviera en el interior de su camión, algo a lo que la Audiencia no da credibilidad por diversos motivos.
Por un lado, señala que la droga intervenida no se encontraba especialmente oculta en el interior del camión, de modo que "si nada tenía que ver con la sustancia aprehendida, lo lógico y razonable sería que las personas que cargaron la droga hubieran intentado camuflarla entre la carga para que no fuera descubierta por el conductor", sin embargo no fue así.
Llama también la atención del tribunal el que, en su regreso a su país de origen, el acusado no siguiera la misma ruta por la que accedió a los puntos de carga de la mercancía legal que llevaba, sino que regresó por una ruta distinta, "casualmente coincidente con la ruta habitual del tráfico de estupefacientes como es la autovía A-92".
A juicio de la Audiencia también "carece de crédito y de lógica" la hipótesis de que terceras personas confiaran esta cantidad de droga (casi 450 kilos de resina de cannabis con un valor cercano al millón de euros) a una persona que no estuviera al tanto de la operación, con el riesgo de que ésta la entregara a las autoridades o se apoderara de ella para venderla por su cuenta en el mercado clandestino. Por estos y otros motivos desestima el recurso del acusado y confirma la sentencia del Juzgado de lo Penal que lo condena a cuatro años y medio de cárcel y una multa de 2,8 millones de euros.