El actor Luis Zahera, protagonista del éxito internacional ‘As bestas’ y nominado a los Premios Feroz en la categoría ‘Mejor actor de reparto’, ha explicado que este 'thriller' dirigido por Rodrigo Sorogoyen, ocurre en “un pueblo diminuto con cuatro personajes, pero se convierte en algo universal” al tratar el paso de “lo atomizado a lo universal”.
Aunque para algunos “es una historia de amor maravillosa” o “una batalla entre lo intelectual y lo primitivo”, Zahera, que encarna el personaje de Xan y se siente “un chico Sorogoyen”, ha reconocido que el azar y el misterio juegan un papel protagonista en esta película “poliédrica” que aborda temas como la corrupción en las energías renovables donde “el pez grande se come el pez pequeño, como va a ocurrir toda la vida”.
Pregunta: ¿Cómo está recibiendo los reconocimientos de ‘As Bestas’?
Pregunta: Increíblemente bien. Veníamos del Festival de Almería, donde nos premiaron por 'Entrevías' y ver esto te da mucha alegría. No por nada, sino por el cariño de la gente y de los compañeros del mundo del cine, de la producción. Nos pone felices que esté encantando, y yo contento con la nominación. Me fastidia un poco competir con Coronado porque es el buque insignia, el maestro y el astro rey, pero muy feliz.
P: ¿De qué es el resultado?
R: Yo creo que el ingrediente principal es el azar, esa parte misteriosa. Si lo pasáramos a la escultura o la pintura, ¿por qué te gusta un escultor y no otro?. Es una cosa un poco misteriosa. Yo creo que es importante estar en el sitio preciso y en el momento exacto. Hay que gustar mínimamente también. Es una profesión extraña.
P: ¿Cuál es su esencia?
R: A mí me sorprendió la esencia porque pensaba que era cine negro y era un 'western'. Sin embargo, me encontré con una señora que me dijo que para ella era una historia de amor maravillosa de ese matrimonio francés y un señor que era una batalla entre lo intelectual y lo primitivo. Eso es lo chulo, que cada uno sienta que es una cosa u otra en función de su contexto. Es una película que ocurre en un pueblo diminuto con cuatro personajes, pero que se convierte en algo universal. Narra el paso de lo atomizado a lo universal.
P: ¿Cómo ha sido trabajar con Rodrigo Sorogoyen?
R: Cuando llevas ya tres veces con un director de éxito… Es increíble. Hay quien dice chico o chica Almodóvar, pues yo me siento un poco chico Sorogoyen. Hay confianza y empatía. Yo creo que es un grandísimo director, con la cabeza muy bien amueblada y que dirige lo que escribe. Es decir, es autor. Esto hace que haya un plus de conocimiento y comunicación a la hora de hablar con él, de decirte lo que quiere o de trasladarle tus necesidades. Es muy importante que te lo expliquen bien y sencillo, y él lo hace. Todo lo que hace es increíble y se produce ya una situación de convivencia porque además tiene el mismo equipo en todas las películas. Nació para esto.
P: ¿Cómo es unir su profesión con su tierra?
R: Un placer, aunque el guion podría haber ocurrido en cualquier sitio. Esta cosa negra o estos 'thrillers' no se sitúan en un lugar concreto. La película está basada en un hecho real y estoy muy contento de haber trabajado en tres idiomas, como es el gallego, el castellano y el francés. Sin embargo, se falsea que sea Galicia porque está grabada en una zona cercana a Madrid por logística. Era una bonita aldea del Bierzo leonés. Es una cosa maravillosa rodar por ahí con el plus de que, como estuvimos tres meses rodando, yo me quedé descansando. Ha sido gloria bendita.
P: Es una película que trata diversos temas como el arraigo al territorio…
R: Es una película muy poliédrica. Se habla de a quién pertenece el territorio como uno de los temas principales, pero hay mucho más. Abarca otro tipo de temas y me conmovió, de verdad, esa señora que me decía que era una historia de amor maravillosa. Esto me hizo ver la película como ella y no con el foco puesto sobre lo rural y sobre aquellas personas foráneas que llegan a un sitio y otros sienten que lo invaden. Esto se podría derivar a los nacionalismos, a los delirios y a la España abandonada.
P: Y también la corrupción que hay dentro de las energías renovables.
R: El pez grande se come al pez pequeño, como va a ocurrir toda la vida. Supongo que será el futuro. Las eólicas están presentes y vienen las energías limpias, pero son unos oligopolios que crean situaciones como las del lugar donde rodamos. Viene la siguiente generación de eólicas con 200 metros de altura y el impacto ecológico y visual es mayor. No conozco el tema de legislación y de cómo Europa va a hacer eso, pero a ver si aprendemos a hacer bien las cosas. Esto habría que preguntárselo a especialistas, pero es la historia de la civilización invadiendo el terreno.
P: ¿En qué se basó para construir su personaje?
R: De niño iba mucho a una aldea chiquitita llamado La Peruca, cerca de Padrón, hace 45 años. Y había tipos muy duros, situaciones muy peculiares de aquellos tiempo. Eso me sirvió para preparar el personaje. El ambiente que viví en La Coruña y mi experiencia personal me ayudaron a trabajar la interpretación de esta película. Me acuerdo de cómo venían los cazadores con sus armas a un bar y ahí había animales disecados. Hablaban a gritos y me marcaba mucho. Vas bebiendo de todo esto.
P: ¿Cómo ha sido trabajar con Diego Anido?
R: Él llegó el día antes de rodar y es una máquina, porque lleva trabajando toda su vida. Es un tipo formado y tiene la cabeza muy bien amueblada. Se adaptó a los diez minutos y ojalá me vuelva a tocar trabajar con él. Ha sido un privilegio estar cerca porque me entusiasma su trabajo y nos entendimos muy bien. Se logró un ambiente espectacular para rodar.
P: ¿Y cómo está recibiendo el público la película? ¿Qué 'feedback' os ha llegado?
R: Hay gente que pasa muchísimo miedo, y eso me sorprende. Acabó en Sitges porque a la gente le resultaba negra y terrorífica. Sin embargo, no nos puede dar más alegrías. Está nominada a 17 premios Goya, cuenta con reconocimientos en los Feroz, arrasó en Tokio, obtuvo 12 minutos de aplausos en el Festival Internacional de Cannes… No sé, todo está siendo una maravilla.