El dirigente opositor venezolano Leopoldo López considera que, frente a la "dictadura criminal" de Nicolás Maduro, no caben ya los "grises" ni la "equidistancia", por lo que cree que es momento de que los países que se reivindican como democráticos, empezando por España y la UE, den "un apoyo más decidido" a la causa con nuevas medidas de presión y discursos claros.
"La realidad en Venezuela es la que es y no la que nos gustaría que fuera", declaró esta semana la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, en una comparecencia ante el Congreso de los Diputados en la que vino a justificar la dualidad existente en la posición española, que en estos últimos meses ha pasado a considerar a Juan Guaidó un "interlocutor relevante" más que un "presidente legítimo".
Para López, "el peor de los escenarios para los venezolanos y también para la región es simplemente que se asuma Venezuela como una realidad que no puede cambiar", habida cuenta de que, a su juicio, la situación "solo se ha deteriorado" en estos últimos años y es momento de ser "proactivos. "Una posición simplemente de mirar lo que ocurre, sin buscar incidir en que se dé un cambio, no es la posición correcta", apostilla.