El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, ha acusado al PP de alentar junto a Vox la violencia de extrema derecha y la violencia contra el movimiento feminista, después de que el popular Teodoro García Egea le haya dicho que es "la violencia callejera personificada en este Gobierno". "Cuando ustedes votan con Vox borrar un mural feminista en Madrid, están alentando que después haya actos vandálicos contra ese mural y están alentando la violencia contra el movimiento feminista. Cuando ustedes, junto a Vox, destrozan una placa de Largo Caballero o un memorial de fusilados por el fascismo, ustedes están alentando la violencia de la extrema derecha", ha aseverado Iglesias.
En la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, el vicepresidente ha señalado que si el PP habla, actúa y gobierna como Vox acabará fagocitado por la extrema derecha. Antes, el diputado García Egea le había preguntado "cuándo piensa condenar los actos de terrorismo callejero": "A mí me separan algunas cosas de Vox, pero no le consiento que usted, que es la persona que más ha alentado violencia en este Parlamento, que tiene a su número tres imputado por patear a un policía, señale a nadie aquí por ser instigador de ninguna violencia", ha advertido. "Usted no condena los actos violentos en la calle y Sánchez calla. (...) Ustedes, además de amparar a los violentos, son el gobierno contra la gente", ha añadido.
Iglesias ha aseverado que el terrorismo ha hecho mucho daño a España y ha reprochado a García Egea de que lo banalice, para añadir que sólo hay una fuerza política con representación parlamentaria que "hace abiertamente apología de estado y de ultraderecha", "el socio" del PP, que "tiene además vínculos económicos probados con una organización terrorista". Por último, el popular ha reprochado al vicepresidente que Unidas Podemos se pusiera ayer "de parte de un prófugo", en relación al levantamiento de la inmunidad a Carles Puigdemont, a lo que Iglesias ha respondido que hay que reflexionar si hay o no un problema político cuando la decisión contó "apenas con el 50 %" de respaldo en Europa.