“Un nuevo mundo es un imperativo político y moral”, afirmó.
“Sólo unas agencias internacionales más democráticas y representativas serán capaces de abordar problemas complejos, como son la reorganización del sistema monetario internacional”, defendió en su discurso en la tribuna de la Asamblea General de la ONU.
Subrayó también que el Consejo de Seguridad, el principal órgano de decisión de Naciones Unidas y en el que Brasil reclama un asiento permanente, no puede seguir funcionando bajo la misma estructura impuesta tras la Segunda Guerra Mundial.
En relación a la crisis que estalló hace un año en Estados Unidos y se contagió por todo el mundo, Lula la definió como “más que una crisis de grandes bancos, una crisis de dogmas”.
El control de la crisis y cambiar el curso de la economía mundial “no puede dejarse solo en manos de unos pocos. Los países desarrollados” y las agencias multilaterales que controlan, “han sido incapaces de frenar la catástrofe y mucho menos de prevenirla”, subrayó.
Doce meses después, dijo, “observamos algunos progresos, pero persisten muchas dudas” y abogó por confrontar las graves distorsiones de la economía global en el área multilateral.
El dirigente brasileño, que abrió el debate de la Asamblea, y representante del primer país latinoamericano en intervenir ayer en este foro, hizo un duro reproche a los países ricos por no afrontar la reforma de las agencias multilaterales como la FMI o el Banco Mundial y por la parálisis de las negociaciones de la Ronda de Doha, para la liberalización del comercio mundial.
Sesenta y cinco años después, dijo, el mundo no puede estar sujeto a las mismas reglas y valores que prevalecieron en la Conferencia de Bretton Woods.
Lula señaló que su país se dirige hacia ese mundo multipolar, pero al mismo tiempo basado en experiencias regionales de integración, tales como Unasur.
El presidente brasileño también pidió “voluntad política” para acabar con el embargo a Cuba y afrontar la amenaza del cambio climático.
“Es necesario construir un nuevo orden internacional que sea sostenible, multilateral y menos asimétrico, libre de hegemonías y regido por instituciones democráticas”, concluyó el máximo dirigente brasileño.