Un grupo radical ajeno a la estrategia de la izquierda abertzale oficial lleva meses buscando captar militantes a través de un documento que ha sido difundido en círculos de su confianza. El texto supone la declaración fundacional de un nuevo "proyecto" con el que aspiran a la independencia de "Euskal Herria" retomando la violencia. Incluyen datos de su organización interna y hasta instrucciones sobre seguridad para no ser detectados por las fuerzas de seguridad cuando inicien las "acciones ilegales".
"Consideramos como lucha popular efectiva y positiva toda acción violenta de masas", anuncia este documento a cuyo contenido íntegro ha tenido acceso Europa Press. Advierten de que una de sus "principales tareas" es "enseñar los dientes de nuevo" ya que "el enemigo no se impresiona con una bonita foto, ni por una cadena humana". "Tendremos que atacar, tarde o temprano, los símbolos y centros de poder que garantizan la ocupación del enemigo", zanjan.
El documento arranca con una breve introducción, que no oculta su intención de sumar nuevos adeptos a su causa: "camarada, lee con detenimiento las páginas que tienes entre manos y toma tu decisión. Si decides no unirte a nosotros, mantén el silencio, no des a nadie información en torno a estas hojas; muchos compañeros tienen mucho en juego. Si decides unirte, que seas bienvenido, levanta el puño y únete a la lucha".
Una vez dentro, advierten de que "los que toman parte en el proyecto estarán involucrados en el pueblo de una manera ejemplar y vivirán con coherencia ideológica ya que los militantes son militantes las 24 horas". Afirman que prepararán las "acciones ilegales" con "extrema rigurosidad" cuando "lo planeado pudiera conllevar consecuencias penales". "Se les hará llegar a los militantes, de forma segura, una formación sobre las diferentes formas de lucha", avanzan.
INSTRUCCIONES DE SEGURIDAD
El documento ya incluye algunas instrucciones de seguridad como, por ejemplo, "cambiar el lugar de la acción" ya que sería "demasiado fácil identificar quién ha sido el responsable de algo, muchas veces por haber expresado una opinión política o por otras razones". "El lugar para hacer la preparación, las ropas, el calzado, las cámaras... todo es clave", advierten.
La seguridad ocupa un capítulo específico en el texto en el que avisan de que "en todas las luchas clandestinas han sido numerosos los militantes caídos por despreciar o no respetar debidamente las medidas de seguridad". Añaden que la clave es "encontrar el equilibrio entre la paranoia de ver policías en cualquier sitio y la práctica de actuar como si no existieran", pero piden "estar preparados psicológicamente para sufrir la represión del enemigo".
En cuanto a la organización, se explica que se reeditará la clásica estructura Barrio/Pueblo - Mesa Nacional: "los grupos del pueblo (de los barrios en el caso de las capitales) serán la columna vertebral del proyecto y serán completamente asamblearios, fundamentados en un centralismo político".
DESDE PRIMAVERA DE 2015
Este documento comenzó a circular en la primavera de 2015, según precisan a Europa Press fuentes conocedoras de su difusión. No obstante, aseguran desconocer el número de gente que ha podido tener acceso a él o cuántas personas se podrían haber visto seducidas por la iniciativa. Supone un desafío a la propia ETA que en septiembre de 2014 emitió un comunicado en el que advertía contra este tipo de corrientes disidentes: "ETA considera esas actuaciones muy perjudiciales", decía la banda.
Desde que la izquierda abertzale apostó por las vías exclusivamente políticas han ido apareciendo grupos de disidencia interna críticos con la estrategia y partidarios de las reivindicaciones históricas, desde la amnistía hasta los atentados. Ibil o Amnistía Ta Askatasuna (ATA) son las marcas que de, forma más o menos abierta, han capitalizado este descontento, aunque no son los únicos.
A estos sectores se les atribuyen acciones violentas como la quema de autobuses el pasado noviembre en Vizcaya en defensa de los presos de ETA enfermos, pintadas en favor de la organización terrorista o la colocación de una bandera de la banda en plena calle durante las fiestas de Vitoria el pasado verano. Preguntados los expertos en la lucha antiterrorista por el respaldo con el que cuentan estos sectores, apuntan a una minoría, pero no obvian que son varios miles los que acuden a sus manifestaciones.
Este documento comparte todo el ideario de los grupos antes mencionados, aunque no se vincula a ninguna plataforma en concreto. Incluso al hablar de ellos mismos usan expresiones genéricas como "el proyecto" o la "organización" sin ofrecer más referencias. Sin embargo, los expertos consultados por Europa Press descartan que se trate de un movimiento nuevo y lo enmarcan en un paso más de los elementos disidentes ya organizados en torno a Ibil y ATA.
El texto tampoco cita a ETA en ninguna de sus páginas pese a que toda su redacción supone una reivindicación de su actividad criminal. "Ha sido la lucha militar la que a lo largo de la historia de nuestro pueblo ha posibilitado avanzar", destaca al tiempo que insiste en el planteamiento acción-represión-acción que puso en práctica la organización criminal.
Como novedad respecto a otros grupos críticos, abogan por no airear sus discrepancias con los herederos de la Batasuna histórica: "para no seguir el mismo camino de otras organizaciones que están ubicadas fuera de la propia Izquierda Abertzale oficial y teniendo en cuenta que no queremos iniciar una disputa pública, no se hará campaña en contra de ella, a pesar de que en algún momento se tenga que sufrir algún ataque".
RELACIÓN CON LA IZQUIERDA ABERTZALE
A su juicio, evitar ese conflicto les proporcionará "credibilidad y referencialidad". "Si no identificamos bien al enemigo (España y Francia), quedaremos deslegitimados y el pueblo nos dará la espalda", concluyen. No obstante, desde la primavera de 2015 hasta hoy, se han producido ya diversos enfrentamiento aireados en comunicados entre los sectores disidentes y la izquierda abertzale oficial.
El documento interno está plagado de críticas. Arrancan manifestando su rechazo a la ponencia Zutik EH en la que el brazo político de ETA sentó las bases de su apuesta por las vías políticas. Garantiza que "en todo momento" estarán "en contacto con los presos políticos" mientras acusa a la izquierda abertzale oficial de maquillar las exigencias históricas para con este colectivo.
Denuncian que están sumidos en una "desorientación ideológica" y estar asistiendo a "una demolición discursiva-práctica profunda en el seno de la izquierda abertzale". "Euskal Herria es un pueblo ocupado y conquistado que tiene todo el derecho a sublevarse", reiteran.
El documento aborda su defensa del modelo socialista anticipando que cuando alcancen el poder colectivizarán "todos los sectores estratégicos de la economía". Se dedican apartados a las "herramientas para la lucha", "presos y refugiados" o lo que entienden como la "represión cultural". En referencia a este último asunto, avisan de que "los militantes que no saben euskera, tendrán que aprenderlo". En su capítulo "Sobre el internacionalismo", proponen como "única alternativa" la "Unión de Estados Socialistas".
También tratan el feminismo contra "la opresión más antigua habida a lo largo de la historia" o el ecologismo y la defensa de la "Madre Tierra", una expresión típica de los movimientos revolucionarios latinoamericanos del siglo pasado que llegó a aparecer en alguna ocasión en comunicados y documentos de ETA. "Nuestro objetivo a corto plazo es ir tejiendo una red y mantener viva la llama de la resistencia para pasar a la ofensiva cuando se den las condiciones", zanjan.