El movimiento islamista Hamas respondió ayer con un alto el fuego de una semana al anuncio unilateral del cese de hostilidades por parte de Israel, que comenzó ayer por la tarde a replegar sus tropas de la franja palestina.
Tras más de tres semanas de encierro, los residentes de Gaza pudieron salir a la calle para empezar a hacer recuento de daños sufridos y recuperar cadáveres bajo los escombros, mientras las fuerzas israelíes iniciaban su retirada de la capital de la franja.
A las dos de la madrugada hora local (12.00 GMT) entró en vigor el alto el fuego anunciado anteanoche por Israel, que en un principio fue contestado por las milicias palestinas con la advertencia de que no cesarían sus ataques hasta que se abriesen los puestos fronterizos y las tropas ocupantes abandonasen Gaza.
Pero ayer, Hamas y el resto de grupos armados anunciaban también un alto el fuego de una semana, plazo que dan al Estado judío para que retire sus tropas y negocie con Egipto las condiciones de una tregua estable.
Horas después, docenas de tanques y blindados israelíes abandonaron el antiguo asentamiento judío de Nitzarim, en el sur de ciudad de Gaza, en el que permanecían desde el pasado día 4.
Las tropas israelíes también se retiraron de sus posiciones en la carretera de Salahedin, que mantenían cortada aislando la capital y el norte de Gaza del sur y centro de la franja, que ayer volvieron a estar comunicadas.
Las calles de la ciudad de Gaza amanecieron con más trafico que en las últimas semanas, en las que muchos sólo habían salido de sus casas por emergencias, para buscar comida, ir a los hospitales o trasladarse a un lugar más seguro.
Lanzamientos de cohetes
Los anuncios de alto el fuego por ambas partes no han detenido, no obstante, por completo las hostilidades y ayer se registraron el lanzamiento de varios cohetes contra territorio israelí, algunos de los cuales impactaron en el este del Negev y en la localidad de Netivot, sin causar víctimas.
Un agricultor palestino perdió la vida ayer en el sureste de Gaza de un disparo de tropas israelíes cuando acudía a sus tierras para ver cómo habían quedado.
Pese estos incidentes, los equipos de emergencia pudieron salir para asistir a los heridos e iniciar las tareas de desescombro, que dejaron al descubierto cerca de un centenar de cadáveres.
Decenas de heridos también pudieron ser atendidos tras días sepultados bajo las ruinas de los edificios destruidos por los ataques de la aviación israelí.
“Todavía hay mucha gente aislada y estamos intentando organizarnos con la parte israelí para que permitan al personal de las ambulancias entrar en zonas más avanzadas”, dijo a Efe Moaweya Hasanein, jefe de los servicios de emergencia en Gaza.
Según sus datos, los muertos en la ofensiva superan los 1.300, de los que 417 son niños, 108 mujeres, 120 ancianos, 14 personal sanitario y 4 periodistas.
Los heridos superan los 5.450, dos terceras partes de los cuales son civiles, indicó Hasanein.
Los familiares de Azza Al Samouni, una niña de seis años, hallaron ayer su cuerpo sin vida entre las ruinas de su casa, en el barrio de Al Zaitun, en el sureste de Gaza capital.
Su familia perdió a 35 de sus miembros cuando fuerzas israelíes les obligaron a salir de sus viviendas el día 5 y huyeron a un almacén que luego fue bombardeado.
La destrucción en Al Zaitun es enorme, con decenas de casas derruidas y otras arrasadas por el fuego de las bombas de fósforo.
Olmert dice que se irán de la Franja “lo antes posible”
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, aseguró ayer a los líderes europeos que han viajado a Oriente Medio para impulsar una tregua duradera en Gaza que las tropas de su país “no tienen intención de quedarse” en la Franja palestina.
Olmert afirmó que las tropas israelíes abandonarán por completo Gaza lo antes posible, una vez se acuerde una “tregua estable”. Los lideres de España, Francia, Reino Unido, Alemania, Angela Merkel e Italia llegaron a Israel para respaldar el alto el fuego.
Los cinco líderes llegaron procedentes de Egipto, donde participaron con el mismo objetivo en una cumbre en la que, entre otras personalidades, también participaron el presidente egipcio, Hosni Mubarak, el de la ANP, Mahmud Abas, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.