El primer ministro polaco, el liberal Donald Tusk, confirmó ayer en rueda de prensa que Klich presentó su dimisión ayer, aunquefue ayer tras la presentación del informe sobre el siniestro aéreo, cuando ha sido hecha pública su salida del Ejecutivo.
“Quiero decir que Bogdan Klich no es culpable de lo sucedido en Smolensk”, precisó Tusk, quien calificó al ministro saliente de “hombre de honor y valiente” por su decisión.
“Renuncio para que nadie pueda decir que, en una situación tan difícil, no tengo el valor suficiente”, explicó minutos después el propio Bogdan Klich.
El ya exministro de Defensa se defendió alegando que, como titular de Defensa, no tomó todas las decisiones relativas al viaje de la comitiva presidencial, que también fue organizada por los responsables de la oficina del presidente.
El accidente tuvo lugar el 11 de abril de 2010, cuando el entonces presidente de Polonia, Lech Kaczynski, y su comitiva pretendían aterrizar en Smolensk (Rusia), desde donde iban a dirigirse hasta el cercano cementerio de Katyn para participar en los actos de homenaje a los más de 20.000 oficiales polacos asesinados por orden de Stalin en 1940.
Los resultados de la investigación apuntan a errores de los controladores rusos y a deficiencias en el aeródromo, pero también a carencias en el entrenamiento y preparación de los pilotos del avión presidencial, un Tupolev 154M del Ejército del Aire polaco, y a una escasa preparación del vuelo.
El informe, elaborado por una comisión presidida por el ministro de Interior, Jerzy Miller, dice que el aparato volaba muy bajo y demasiado rápido para las condiciones de intensa niebla, que impedían ver el suelo y aconsejaban un vuelo más elevado.
“Hubo graves deficiencias en la organización de la unidad (de la Fuerza Aérea responsable para el manejo de vuelos VIP)”, señaló uno de los miembros de la comisión de investigación, Maciej Lasek, durante la presentación hoy del informe.
En el siniestro perdieron la vida los 96 ocupantes del aparato, entre ellos, además del propio Lech Kaczynski, y su esposa, gran parte de la cúpula política, militar y religiosa de Polonia, muchos de ellos afines al partido conservador.
En las conclusiones del informe se descarta la posibilidad de un atentado terrorista como causa de la colisión, tal y como mantienen destacados miembros del partido conservador Ley y Justicia, al que pertenecía Lech Kaczynski, que no dudaron hoy en calificar de “falsos” los resultados de este documento, que calificaron de “propaganda rusa”.
Para Antoni Macierewicz, parlamentario de Ley y Justicia, los resultados de la investigación son un “escándalo” porque si se leen detenidamente parece que sólo Polonia fue responsable de la tragedia, dijo, ya que se minimiza la culpa rusa.
Por su parte, el hermano gemelo de Lech, Jaroslaw, líder de los conservadores polacos, aseguró que Donald Tusk ha demostrado “que carece del coraje suficiente para defender el honor de Polonia”.
“El señor Tusk ha decidido culpar a sus ayudantes y a los militares”, dijo el líder del Ley y Justicia, quien no dudó en acusar al primer ministro de bailar al son de Rusia.