Precisamente el personal de seguridad ha sido el siguiente grupo en pasar por la sala de vistas, en calidad de testigos. El primero fue el jefe de seguridad de la propia Universidad. En su relato explicó que cuando los guardias intentaban cerrar la primera verja de la antigua tabacalera se produjo “una avalancha hacia la zona restringida”, es decir, hacia las dependencias del Paraninfo y despacho del rector. Asegura que pudo comprobar, desde detrás de la puerta, como alguien “con un hierro de las arquetas de las alcantarillas destrozó la puerta”, aunque confesó que no pudo ver en ningún momento quién era el autor de los daños a la puerta. También explicó, ante las preguntas de los abogados de la defensa, que cuando reconoció a los imputados ante la Policía lo hizo “porque estaban ese día por allí”. También fue incapaz de reconocer ayer a uno de los acusados “después de nueve años”. Asegura que “los ví entre la masa participando, pero en concreto a alguien haciendo algo no”.
En la misma línea testificaron los guardias de seguridad, que ese 8 de febrero de 2002 eran más de los habituales en el edificio universitario. Habían pedido refuerzons a la empresa de seguridad. Los vigilantes negaron haber vaciado los extintores, tal como testificaron los imputados. Pero el jefe de seguridad sí reconocío a un vigilante con un extintor en una de las fotos que componen el sumario.
Mañana viernes se celebrará una nueva sesión, en la que participarán los Policías Nacionales que redactaron el atestado del caso.