El análisis ha sido realizado por el Instituto Nacional de Toxicología tras la petición de los abogados que
representan a la familia del conductor que falleció en el accidente, Carlos Parra, vecino de Castilblanco de los Arroyos. Según la familia, existen ya suficientes datos para determinar una presunta conducción desordenada y anormal por parte del torero, que podría ser acusado por varios delitos que aún no han sido concretado.
Esta conducción temeraria estaría determinada, según los abogados, por los resultados analíticos de la sangre del torero, por las llamadas al servicio de alertas 112 sobre una posible conducción irregular antes del siniestro y por la declaración del testigo que circulaba detrás el turismo del fallecido.
El presidente de la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes, Francisco Canes, ha pedido que se aplique la ley “con la contundencia