El fotoperiodista jerezano realizó ayer en Huelva su primera actividad pública después de recuperarse en EEUU de un atentado sufrido hace seis meses en Afganistán, por el que acabó perdiendo el pie izquierdo. Claridad mental para poner voz a la selección que él mismo ha realizado de su último año de trabajo en Pakistán y Afganistán. Entero, jovial, descriptivo y crítico, Morenatti trajo al salón de actos de Cajasol en la capital onubense un diálogo apoyado en la crudeza de sus imágenes. “Como fotoperiodista que soy, no pretendo hacer ningún tipo de arte, sino contar una realidad. Mi objetivo es poner fotos en los periódicos”.
Tras sus inicios en ‘El Periódico de Guadalete’, de Jerez de la Frontera, trabajó para la Agencia EFE, hasta que a finales de 2002 se incorpora a la Agencia Associated Press como corresponsal en Afganistán, pasando casi dos años después a Oriente Medio para fotografiar el conflicto palestino-israelí, volviendo en 2008 a Pakistán como jefe de la sección de fotografía. Por la calidad de su trabajo como fotoperiodista ha recibido, entre multitud de reconocimientos, el Premio Photopress 2009 con su trabajo ‘Violencia de género en Pakistán’.
“Nunca pienso que voy a un sitio peligroso”
Esa valentía es la mejor arma para llegar a capturar tantas y tantas imágenes a pie de guerra. “Los fotógrafos de prensa no debemos interferir con la realidad”. Por ello, a pesar de haber vivido en sus carnes los dolores y los daños de la guerra, este fotoperiodista de sangre reconoce que “disfruto mucho con mi trabajo”, entre otros motivos porque trabaja “en lugares donde verdaderamente hay cosas que contar”. Durante años, la cotidianidad de Morenatti se ha desarrollado en mitad del horror: “Uno nunca se hace inmune a la violencia”, reconoce. “Yo soy de calle”, explica, y esa esencia callejera hace grande la labor de este jerezano, acostumbrado a caminar sobre el alambre con la cámara de fotos siempre preparada para que el mundo se entere de que, por ejemplo, “en países como Pakistán no es fácil encontrar situaciones que no estén dominadas por la violencia”; o de que allí “los niños se hacen mayores demasiado pronto”. Sano y salvo, dice estar deseando de volver al tajo, y regresar a aquellos lugares donde la guerra manda.
Hasta el próximo 31 de marzo, dentro del marco del Festival Latitudes 21, Huelva puede disfrutar de la exposición ‘Palestina-Afganistán’, y deleitarse con las imágenes de un fotoperiodista total, de un aventurero del mensaje visual, capaz de llegar donde otros no logran quizá porque, como él explica, “nunca pienso que voy a un sitio peligroso”.