La noche de las almitas del metro

Publicado: 02/11/2017
Algunas almitas que se reúnen en el mismo lugar mágico en el que los mineros que horadaron por debajo la autovía erigieron una hornacina para Santa Bárbara
Si viajas la noche de Todos los santos en el metro y ves unos espectros vagando en las oscuridades de los túneles, no te asustes. Son las almitas del metro. Mientras se construían los túneles se descubrieron varios yacimientos arqueológicos deslumbrantes. Torres, almunias, barrios y necrópolis por fin vieron la luz después de siglos, dandosu merecida historia al oeste del Río Guadalmedina. Esa noche podrás ver las sombras vagantes de algunas almitas que se reúnen en el mismo lugar mágico en el que un día los mineros que horadaron por debajo la autovía erigieron una hornacina para Santa Bárbara. Allí volverá como cada año el almita de la princesa fenicia Anaid, que espera el regreso del amor que la abandonó en la playa que formó con sus lágrimas y a la que hace justicia el nombre de la estación donde habita. La estación de La Unión descansa sobre una necrópolis romana. Qué nombre tan adecuadopara expresar lo que allí se descubrió. Los malacitanos de hace veinte siglos pensaban que la mejor manera de ascender a los Campos Elíseos era ir todos unidos, los comerciantes y los artesanos, porque esa calle ya era por entonces el principal eje comercial de Malaka. Se fueron todos juntos, menos Sempronio, el alfarero de ánforas de gárum, que antes de marchar quiso comprobar que su muestrario estaba en perfecto estado. La perfección también nos condena a errar a través del tiempo. Pedro Blanco, el negrero más cruel de la historia, se condenó él mismo a deambular perpetuamente en el submundo de su Perchel natal, y en su estación sigue esperando a su único amorverdadero, su hermana. Pero de las diecisiete almitas del metro la más simpática es la de Don Tardón. Se ganó el apodo a pulso ya que no llegaba puntual a ninguna cita, y por llegar tarde lo hizo hasta a su propio funeral. Su alma en pena no sufre, goza observando desde la oscuridad como cada vez viajan más pasajeros en el metro. Y es que Don Tardón fue ayudante de ingeniería, acompañando al mismísimo Don Alejandro Eiffel cuando vino a diseñar el asombroso y desaparecido depósito de agua deLa Térmica. Según cuenta la leyenda Don Tardón lo escondió una noche bajo la estación de Puerta Blanca. Aunque no lo creas las almitas están ahí, protegiendo la historia jamáscontada.

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