La segunda vuelta de las elecciones de diciembre vuelve a abrirnos un futuro incierto, tan desconocido que ahora ya los politólogos huyen de pintar cómo será el cuadro del día después. Son tantas las incertidumbres que el riesgo a equivocarse es enorme, pero hay tres que parecen los más probables.
Escenario 1. Se repiten los resultados de diciembre aunque con un avance mínimo de Rajoy que le permitiría alcanzar la presidencia con una mayoría suficiente. El tiempo dulce de este impasse, se verá interrumpido por medidas drásticas, propias del inicio de una nueva legislatura. Recortes de pensiones y de servicios públicos serán otra vez implantados desde un gobierno que reclamará el apoyo desde la visión de Estado a los socialistas ante las demandas de la troika centroeuropea.
Escenario 2. Se consuma el ansiado sorpasso de IU y Podemos, al PP y aún más al PSOE. La respuesta de los dirigentes de la UE será aún más contundente y pedirán más medidas de austeridad. Los socialistas se verán después de trazar tantas líneas rojas internas a tomar una decisión muy comprometedora para su futuro, sea quien sea su líder entonces.
Escenario 3. Se produce la sorpresa y Pedro Sánchez queda como líder más votado y decide gobernar en minoría. Las presiones de Merkel y asociados serán igualmente potentes, pero su calado dependerá de con quien realice pactos opacos. Como en Francia, pocos entenderán esas medidas de un gobierno socialista y la calle será el principal foco de atención de las cámaras.
Seguro que ninguna de estas profecías se cumplirá, porque la democracia española está tan juguetona que den por cierto que nos deparará alguna broma más. Pero quien no está para bromas son los poderes fácticos del Norte, a los que tanto les fastidia el Sur.