El que creyó que con la finalización de la asamblea del pasado viernes se acaban las noticias referentes al Racing Portuense, se equivocaba. La historia, lejos de terminar, tendrá nuevos capítulos que escribir. Una vez más. Y van...
Los acontecimientos empiezan a tomar tintes quijotescos. Por segunda vez, los socios hablaron, se pronunciaron y dijeron lo que sentían. Más realistas, con mayor información, más responsables y más o menos consecuentes, lo cierto, es que la división, y no solo en cuanto a votos se refiere, sigue siendo la constante. Un mal que no se esconde y que no perecerá, con o sin Racing de por medio.
Unos entonaron el sí al convenio, ése que les debe llevar a una viabilidad que unos ven y que tantos añoran por hacerla realidad. Otros, en cambio, dijeron no. Y se expresaron así porque siguen sin verla.
Si momentos antes de la celebración de la misma, los encuentros y comentarios se sucedieron. Tras ella, volvieron a retomarse. La única vía para volver a intentarlo, otra vez, es acercar posturas con la Concursal. Hoy por hoy es la que más sentido tiene para evitar males mayores en un sentido y en otro.
La aproximación producida entre Manuela Gutiérrez, abogada del Concurso, y Antonio Flor Jiménez, presidente del Recreativo, debiera salir un encuentro al objeto de encontrar una fórmula factible en la que se pudiera asegurar, no solo la continuidad del primer equipo, el Racing, sino que el Recre, también, siguiera haciéndolo sin mayores problemas.
La viabilidad del primero, sigue pasando inexorablemente por la aprobación de los socios del susodicho convenio concursal. Sí o sí. Eso es innegociable. Ni que decir tiene, que con el compromiso asegurado de que el Recreativo pudiera continuar en el José del Cuvillo, la aprobación del convenio debiera estar mucho más cercano de lo que estuvo el pasado viernes en votación.
Es por tanto que el futuro del Racing, sigue estando ligado de una forma más compleja que una simple filialidad con el Recre. Sin un primer equipo, el futuro de éste en Valdelagrana, estaría más que en entredicho a tenor de los acontecimientos que se pudieran producir en los próximos días o semanas.
En la tesitura en la que se encuentra la entidad racinguista, el acuerdo de filialidad existente y el convenio suscrito con el Ayuntamiento en la década de los 90, pudiera, según fuentes jurídicas consultadas “empezar a estar cuestionadas“, y encontrar un serio revés para el caso que el Juzgado de lo Mercantil actúe y determine con alguna u otra decisión contraria a lo esperado.
Ni que decir tiene, y en la misma línea, nada más acabada la asamblea, Yolanda Morales ya aventuraba que éste (por el Mercantil) “examinaría todas y cada una de las actividades realizadas“. Dejando caer, otra vez y de forma directa, que el Juzgado no cierra la puerta a posibles reclamaciones judiciales. Éstas son, a día de hoy, más que una opción, una realidad que tiene todos los visos de ser. Bien de forma personal, bien a acuerdos firmados o sujetos a ello.
El Cuvillo, principio y fin de todos los males
No hay que olvidar, que el mayor activo, y sin ser propietarios sí tiene una concesión que vence en 2041, son unas instalaciones -estadio y sus aledaños-, con un valor por encima de los 7 millones de euros, según recoge el informe Concursal. Por tanto, ése pudiera ser el camino, el más útil de todos los que se han intentado hasta el momento.
La viabilidad de uno pudiera ir de forma intrínseca ligada al otro. De hecho, el compromiso que en su día sacó el Recreativo del Consistorio, sigue sin tener el OK en forma de documento firmado, en cuanto a compartir o no las instalaciones con el que sí la tiene.
El triplete lo forma el Unión Polideportivo El Puerto, que inscrito ya en Federación y con un nuevo entrenador antes de que acabe la semana -suena Toni Oreni-, es el tercero en discordia, al estar, también, interesado en disputar sus encuentros en el José del Cuvillo. De hecho, según avanza este periódico, a lo largo del día de hoy, está previsto un encuentro entre miembros de la nueva entidad y el bufete de abogados.
Lo cierto, lo real, es que el club, el Racing Club Portuense, a día de hoy, sigue como hace cuatro días. Como hace una semana o como hace dos meses. Sin rumbo, sin proyecto, sin claridad y sin que ni unos ni otros terminen por explicar claramente qué es lo que se quiere hacer con la entidad. Votaciones, muchas; determinaciones, hasta ahora, ninguna.
Para algunos, la dignidad, ésa que se perdería con un equipo de circunstancias compitiendo, es la que en pleno mes de julio y a un mes para que comience la Liga, sigue ausente y sin encontrar significado, para un club que languidece a la espera.
