Hay que reconocerle al nacionalismo catalán el haber convertido a su Estatut en problema nacional cuando seguramente ni para los propios catalanes llega a ser un asunto vital. Pero cuando una comunidad es fuerte políticamente en todas sus versiones llega a convertirse en la bisagra que une la política nacional y, en consecuencia, en plena crisis financiera y de empleo el Estatut logra flotar sobre lo demás para convertirse en tema de debate nacional. No recuerdo que haya sucedido algo similar con algún asunto de relevancia en Andalucía, que para su desgracia nunca ha sido un problema para los diferentes gobiernos centrales.
El ciudadano andaluz nunca conectó con el nacionalismo y, aunque éste tuvo épocas mejores, ahora vive su momento más gris. El Partido Andalucista no es prácticamente nada en el panorama político autonómico, y eso que a los dos grandes partidos siempre les interesó un tercero al que cual muleta colgarse en momentos de necesidad. El Psoe supo ocupar su espacio e incluso ahora lo hará reclamándole a Zapatero la deuda como estrategia de desmarque, mientras que el PP pesca en sus filas a históricos para quedarse con un voto que a día de hoy ha perdido su referente. Y partiendo de la idea de que IU tiene un techo y un suelo muy cercano, a todos les interesa un PA mejor posicionado que, incluso, abandere un discurso distinto al que por diferentes cuestiones pueden defender los dos grandes partidos nacionales.
En un estado autonómico como el actual con tendencias federalistas, Andalucía, por interés propio, no debería perder por completo su espacio de debate nacionalista. Claro que para ello el PA debe acometer otra refundición y van tantas que han perdido la cuenta y, con ella, el espacio que un día les llevó a ser alternativa de voto.
Lo más leído
Lo último
Boletín diario gratuito
- El PA ante el bipartidismo · El jardín de Bomarzo · Radio La Isla
-
-
Seccionesexpand_more
-
- Hemeroteca
- Quiénes somos
- Contacto
- Publicidad
- Aviso Legal
- Cookies
- Seguridad
- Protección de datos