Vietnam recibió con honores a su primer campeón olímpico en Río 2016, Hogan Xuan Vinh, un tirador miope de 42 años de edad que tuvo que entrenar en condiciones precarias, como la escasez de balas.
La victoria de este coronel del Ejército de Vietnam en la competición de tiro con pistola de aire comprimido a diez metros del blanco y la plata en la misma modalidad pero a una distancia de 50 metros lo han convertido en un héroe nacional en un país ávido de gestas deportivas, pero con escasos medios.
Cientos de vietnamitas, y decenas de periodistas, acudieron a recibirlo a su llegada al aeropuerto internacional de Hanoi.
"No esperaba esto, ha venido mucha gente, estoy muy sorprendido", declaró a la prensa mientras se abría paso entre la multitud Vinh, con las dos medallas de Río 2016 iguala el número de preseas que Vietnam ha obtenido en toda su historia olímpica.
El Gobierno vietnamita le ha concedido un cheque de 100.000 dólares, según la prensa local.
Vietnam ha podido en las dos últimas décadas dedicar más recursos al deporte y acercase a los puestos de honor en algunas modalidades gracias al despegue económico, pero las condiciones de los atletas aún son precarias.
Los medios locales han abundado en los últimos días en cómo Vinh se acostumbró a entrenarse con la pistola sin balas por falta de munición.
Aunque Vinh ha contado con cien proyectiles diarios en la fase final de su preparación olímpica, esta cantidad es la cuarta parte de la que reciben los tiradores de otros países.
El entrenador del equipo de tiro de Hanoi, Nguyen Tan Nam, explicó al diario Tuoi Tre (Juventud) que "cuando no hay munición, los tiradores que vienen a practicar simplemente levantan la pistola, aprietan el gatillo, oyen el sonido y ya está".
El preparador lamentó que solo reciban "algo" de posta en vísperas a alguna competición, y comentó que más de cien miembros de su equipo "no han oído el disparo de una pistola en mucho tiempo".
"El problema cuando entrenamos sin balas es que no podemos evaluar el nivel de los tiradores", agregó el técnico.
Vinh ha suplido las carencias con métodos de entrenamiento espartanos, como la práctica de mantenerse de pie y sin mover un músculo durante dos horas seguidas todos los días para mejorar la concentración y el pulso.
Estos detalles difundidos por la prensa, junto a la miopía, sorprendente en un tirador, han contribuido a agrandar la épica de la victoria del tirador.
Asimismo, se ha recordado que Vinh estuvo a punto de retirarse tras quedarse a las puertas de la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres, en 2012.
Este oro también fue recibido con especial alegría por los vietnamitas porque en la ronda final se impuso al tirador chino Pang Wei, que acabó bronce.
Vietnam mantiene una rivalidad histórica con el gigante asiático que se ha recrudecido en los últimos años por el conflicto por la soberanía de las islas Spratly y Paracel, en el mar de China Meridional.
Tras el trauma de tres décadas de guerras, Vietnam debutó en los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980 y desde entonces solo había logrado dos medallas, ambas de plata y solo en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000.
El antiguo Vietnam del Sur tuvo participaciones testimoniales en seis olimpiadas, entre 1952 y 1972.