Una llamada de Andrés Iniesta a Pedro León, de capitán del Barcelona a capitán del Getafe, pareció cerrar la polémica de la jornada protagonizada por seis futbolistas del club azulgrana que interrumpieron disfrazados y a gritos la rueda de prensa de un jugador, Víctor Rodríguez, al que acababan de ganar en su propio estadio.
Fue una aparición fugaz, duró apenas 25 segundos, pero la imagen del Barcelona quedó empañada en muy poco tiempo, el que necesitaron "Leatherface Piqué", "Shrek Jordi Alba", "Hombre Lobo Bartra", "Frankenstein Rakitic", "Batman Luis Suárez" y el "monstruo Claudio Bravo" para molestar a un club modesto al que no le sentó nada bien la actuación de sus rivales.
Protegidos por sus máscaras, los seis protagonistas, después de su "travesura", se escaparon por la puerta de atrás de la sala de prensa del Getafe para salir de una habitación repleta de periodistas que se quedaron con la boca abierta por una acción inesperada que, prácticamente, obligó a Víctor Rodríguez, sorprendido y enfadado, a abandonar su comparecencia ante los medios cuando sólo había respondido a dos preguntas.
El jaleo que se montó cuando los seis salieron fuera del estadio, recordado posteriormente por el presidente Ángel Torres, incapaz de borrar la imagen de Piqué intentando saltar una valla de tres metros para alcanzar su autobús, presagió la tormenta que se iba a desatar durante las 24 horas posteriores a una acción que desde el club madrileño calificaron como "falta de respeto".
Y así fue. El buen partido que completó el Barcelona en el Coliseum Alfonso Pérez quedó deslucido por un acto que dio la vuelta al mundo. Periódicos de todos los rincones del planeta se hicieron eco del "Halloween" particular de los futbolistas azulgranas.
El ruido mediático generado por Piqué, Rakitic, Bravo, Bartra, Jordi Alba y Luis Suárez, y las quejas del Getafe, provocaron una reacción de la primera plantilla, que la tarde del domingo por medio del club sacó un comunicado oficial pidiendo disculpas al club madrileño.
Ninguno de los implicados, algunos acostumbrados a utilizar frecuentemente las redes sociales como medio para comunicarse con el exterior, pidió perdón personalmente. Lo tuvo que hacer un hombre que no participó en la acción: Andrés Iniesta, capitán del Barcelona respetado y ovacionado en casi todos los estadios.
Precisamente, minutos antes de la imagen que ofrecieron sus compañeros, fue aplaudido por todo el público del Coliseum Alfonso Pérez cuando ingresó en el campo tras sustituir a Munir en el minuto 61. Fue aclamado por unanimidad, sin fisuras.
Contrastó con el tratamiento que recibió Piqué, silbado desde el principio del duelo cada vez que tocaba el balón. Muchos se preguntan por qué el central del Barcelona recibe en casi todos los estadios ese tratamiento. Tal vez se pueda encontrar la respuesta en una trayectoria que se ha visto jalonada por actos polémicos fuera del césped y que alargó encabezando el desfile de las máscaras en la sala de prensa del Coliseum Alfonso Pérez.
Y es que si ninguno de los seis llamó a alguien del Getafe, Iniesta sí tuvo la caballerosidad de llamar a Pedro León para pedirle perdón por lo que hicieron sus compañeros. "Nos pareció una falta de respeto, pero me llamó para pedir disculpas y el tema queda zanjado", aseguró después el capitán del Getafe. Al final, el caballero Iniesta terminó de apagar el incendio que iniciaron otros.