España estará apoyada por 6.000 españoles en 'De Kuip', la bañera como es popularmente conocido un estadio que acogió la final de la Eurocopa 2000
La selección croata jugará como en casa la final de la Liga de Naciones, con su afición superando claramente a la española en las gradas del icónico 'De Kuip', tras un día en el que se adueñaron del centro de Róterdam con cánticos, bengalas y petardos.
La búsqueda del primer título de su historia para Croacia, en su segunda final continental, tendrá todo el apoyo del estadio tras el desplazamiento masivo de sus seguidores. Se esperan 26.000 croatas y a dos horas del partido muchos seguidores aún buscaban entradas en las puertas del estadio.
España estará apoyada por 6.000 españoles en 'De Kuip', la bañera como es popularmente conocido un estadio que acogió la final de la Eurocopa 2000 y que también ha albergado dos finales de la Liga de Campeones.
De mal recuerdo para la selección española por ser donde debutó en la Eurocopa 2000 con derrota ante Noruega, en un partido que jamás olvidará el portero José Francisco Molina. Su fallo en una mala salida provocó el tanto de Iversen que significó la derrota. Dos años después regresó al estadio, para medirse a Países Bajos, y también salió derrotado, 1-0 con tanto de Frank De Boer.
El estadio del Feyenoord se teñirá del ajedrezado tan característico croata. Durante la mañana mientras los españoles paseaban disgregados por el centro de Róterdam y conocían la ciudad, los croatas se daban cita en una de las zonas de restaurantes más concurridas de la que se adueñaban.
Las banderas poblaron la calle, cada terraza de cada restaurante y miles de aficionados no cesaron de realizar cánticos. Los supermercados cercanos no daban a basto ante la petición de bebidas, con 28 grados y una temperatura que subía con cada bengala que encendían.
Más tranquilos los españoles, con un grupo llegado desde Cantabria vestidos de torero. Miguel y Manu, jubilados que no dudaron en seguir a la selección española en la fase final de la Liga de Naciones. Estuvieron en Enschede y nada más ganar a Italia, se movilizaron con el grupo de aficionados que viajan para no perderse la final. Con música de Manolo Escobar en los altavoces, fueron centro de atención para los lugareños que les pidieron fotos y posaron junto a ellos con el capote.
La peregrinación del centro de la ciudad al estadio fue una caravana croata, que según se acerca el partido aumenta el nivel de sus cánticos y decora las gradas con innumerables pancartas. "Modric: Madrid y Croacia", muestra una en honor a la leyenda que aúna las banderas de España, país que tanto quiere Luka, y Croacia. Es el ambiente que se respiró en las horas previas, de hermanamiento entre aficiones, antes de disputar en el campo por un título deseado.