Entre momentos importantes y situaciones intrascendentes , no nos dediquemos a buscar excusas y pongámonos a encontrar soluciones, ganemos el pulso de la vida cada minuto, huyamos del nadie sabe nada, ni pensemos que todo lo malo es visible y lo bueno invisible.
Manos a la obra, y si el plan A es bueno, el B tiene que ser mejor. No podemos quedarnos alarmados entre los misterios de los mitos y los ritos, movidos por falsos personajes y estandartes de símbolos e iconos que no significan nada.
Debemos ser solidarios y no podremos exigir ayudas, cuando nosotros no la damos si los demás la necesitan, ni ser tan endogámicos que las reglas son buenas si nos benefician y malas si nos hacen cumplir la Ley como a todo ciudadano.
Tampoco es muy coherente que cuenten con nuestra colaboración cuando las cosas van bien , y no queramos saber nada si se levanta tormenta y temporal , echando la culpa a los demás de nuestros propios fracasos y atribuyéndonos en exclusiva los triunfos colectivos.
Debemos ser críticos con todo loque creemos honestamente que no funciona bien, pero no encerarnos en la burbuja de lo negativo y no ser capaces de colocar alternativas encima de la mesa, sino de esperar que es lo que dice el oponente para gritar sin razones, ME OPONGO.
Hay actitudes y comportamientos rancios, anacrónicos, gente que se engola en una retórica incomprensible, pero que no resuelve nada , que no son capaces de disfrutar del viaje , aunque no sepa donde les va a llevar. Nos movemos entre un abanico multicolor de emociones, pensamientos y comportamientos, a veces armoniosos y otras contradictorios.
Demasiadas cosas nos indignan , y nos hacen movernos entre la colera , el miedo , la vergüenza y la tristeza. Todo en la vida exige un equilibrio , así pensar es saludable y conveniente , pero las tareas mentales que exigen un mayor esfuerzo generan una acumulación y difusión extra de glutamato , y por tanto se vuelve neurotóxico.
Vivimos momentos en los que asistimos y participamos de nuevos acontecimientos, y una de las frases más pronunciadas y oídas sobre el tiempo, es “Esto no es normal” , y no es solo una sensación o una percepción convertida en relato , sino que lo marcan los termómetros , y una ola ha empalmado con otra , pero también padecemos cuestiones habituales, que de la mano de propagandas antigubernamentales, buscan convertir en excepcional lo ordinario, y culpabilizar de todo al Gobierno.
Sufriendo los cambios climáticos, consumimos nuestro tiempo leyendo novelas, poesía y ensayos o viendo series o películas. Nos asomamos a las redes sociales o la prensa en papel para curiosear por caleidoscopio de la realidad , y cada vez he de confesarles que me asombran menos .
Vemos en estas fechas gente moviéndose de un lado a otro, en el interior de nuestro País, y con otras partes del mundo, en un fenómeno que produce mucha riqueza y al que llaman turismo, y como Europa está en llamas, reales e imaginarias , entre los incendios. , los volcanes o la guerra de Ucrania, entre otros.
Es una agradable sorpresa recibir un reconocimiento que no esperábamos , y nos provoca una gran alegría dentro de nuestro corazón que nos hace sentirnos dichosos y felices. Lo que no debemos es caer en la tentación de darle la vuelta a todo , para perdernos entre vaguedades y no darle solución a los problemas pendientes.