Ana Obregón ha presentado el libro "El chico de las musarañas" este miércoles en el Hotel Palace de Madrid y en la multitudinaria rueda de prensa que ha convocado, después de haber sido abuela el pasado mes de marzo por gestación subrogada en Miami, ha dicho: "Cuando has enterrado a un hijo, cualquier crítica te hace cosquillas".
Además, tras la polémica surgida, ha querido hacer un subrayado: "Ha sido un debate político, porque les ha venido bien para no ver toda las chapuzas que están haciendo".
A veces con lágrimas y en otros momentos sonriente, Ana Obregón (Madrid, 1955), que perdió a su hijo Aless, de 27 años, en mayo de 2020 a consecuencia de un cáncer, ha contado que ha escrito el libro para "cumplir uno de los deseos de su hijo Aless: ser escritor".
"Llegué de enterrar a mi hijo y no quería vivir. Poco a poco fui pensando que tenía que cumplir los tres deseos que él me había transmitido antes de morir: tener una hija, publicar un libro y hacer una fundación para la investigación del cáncer", ha explicado.
"Mi hijo no pudo finalizar este libro por culpa del maldito cáncer", ha dicho la artista, que ha señalado que pasaron dos años hasta que fue capaz de leer lo que su hijo había dejado escrito. "Leí emocionada lo que había escrito y descubrí el talento que tenía para escribir".
"He estado nueve meses encerrada para escribirlo. Es una obra escrita por una madre con el corazón mutilado y tinta roja", ha añadido la actriz, quien asegura que estas 312 páginas son "un canto a la vida y un canto a la muerte; un homenaje a mi hijo y a todos los valiente que luchan por vivir con el cáncer".
El libro, que ya va por la cuarta edición, "está siendo un éxito brutal, estoy emocionada por mi hijo, que seguro que estará feliz", ha declarado Obregón, quien ha desvelado que "no hay mayor tragedia que perder un hijo, y seguir su legado y cumplir sus deseos: ha sido un rayito de luz".
En el libro, cuenta que quiso quitarse la vida. "Cuando me enteré de que mi hijo se moría, quise quitarme la vida desde un séptimo piso, pero el suicidio es una cobardía".
"Dentro de muchos años, Anita, mi nieta, estará orgullosa de leer este libro", ha contado la protagonistas de "Ana y los siete", quien reconoce que la escritura del libro ha sido "un proceso duro; a veces tenía el alma tan roto que no podía seguir. He llorado mucho, incluso se me rompió el ordenador por las lágrimas que derramaba".
"Yo, a Anita, le hablo de su papá todas las noches. A las 9 menos cinco de la noche la cojo en brazos, miro al cielo y digo, 'Bendito seas, Aless'", ha manifestado la actriz, vestida con un primaveral diseño en celeste y tonos fresas de Rubén Hernández: "En cuarenta años no he visto tantos periodistas, cámaras ni medios".
En cuanto al abuelo de Anita, su exmarido, Alessandro Lequio, Obregón ha asegurado que "tiene mi casa abierta para que venga a conocer a su nieta".
Tras pasar dos mes y medio en Miami, donde fue "abuela" por gestación subrogada, la artista ha asegurado que está "feliz". "Entiendo que queráis saber de mi princesa (Anita), pero voy a hablar solo de mi libro", ha insistido.