Las 45 pruebas, entre ellas camisetas, dientes y zapatillas, que se recogieron en la última búsqueda sobre Ángeles Zurera, la mujer desaparecida en 2008 en Aguilar de la Frontera (Córdoba), no despejan dudas sobre su paradero tras peinar 13.000 metros cuadrados, de manera que descartan esa zona y ya trabajan para una nueva búsqueda.
Así lo ha confirmado a Europa Press el hermano de Ángeles, Antonio Zurera, quien ha detallado que las pruebas han resultado "negativas todas", de cara a conocer datos sobre este caso, y tras ello "los atestados de la búsqueda ya están en poder judicial".
No obstante, desde el Grupo de Respuesta e Intervención de Búsqueda de Personas Desaparecidas de la Asociación de Policía Internacional ya trabajan en otra búsqueda, que también se realizará en una zona del municipio en próximos días tras estudiar el sumario del caso, todo ello después de que a principios de mes realizaran la búsqueda en una propiedad privada y que concluyó "sin encontrar el cuerpo".
Mientras tanto, la familia convoca una nueva concentración para el día 2 de marzo, en las puertas de los juzgados de la localidad cordobesa, cuando se cumplen ocho años de la desaparición de Ángeles Zurera, una causa en la que el único investigado es el exmarido, Manuel Reina.
Por otra parte, el hermano de la mujer ha valorado que la Plataforma ciudadana de apoyo a Ángeles Zurera, creada en 2008 tras la desaparición, haya sido premiada como ejemplo de participación social por parte de la Fundación Europea de Personas Desaparecidas (QSDGlobal).
LA BÚSQUEDA
Cabe recordar que en la última búsqueda, que "se ha realizado en una propiedad privada con autorización", han participado, además de "multitud de ciudadanos", efectivos de Cruz Roja y Protección Civil, miembros de la Asociación de Policía Internacional, así como policía especializada en casos de desaparición y miembros de la Fundación Europea de Personas Desaparecidas (QSDGlobal).
Entretanto, el hermano ha resaltado que desde la familia no van a dejar que "el caso se archive", pues aunque reconoce que "cada vez se pone más complicado encontrarla, porque pasan los años y las posibilidades son más difíciles", tiene "confianza en que se investiga y se trabaja todo lo que se puede".
En concreto, la Audiencia Provincial de Córdoba reabrió el caso a finales de noviembre de 2011, tras contar con un testigo protegido, todo ello después de que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Aguilar de la Frontera dictó en junio de 2011 el sobreseimiento provisional de la causa contra el exmarido, al considerar que se había investigado todo lo que se había podido y no se pudo determinar nada.
Así, en noviembre la Policía Judicial levantó, sin resultado alguno, una nave del exmarido, cuyo solar había sido rellenado los días posteriores a su desaparición. Para Antonio Zurera, esta noticia suponía "uno más de los tantos indicios", a lo que añadió que el exmarido "fue condenado en su día a seis meses de cárcel" tras desparecer su hermana "por maltrato físico hacia ella, una agresión producida doce días antes de que desapareciera", aunque "no cumplió la condena porque no tenía antecedentes".
Igualmente, la Audiencia Provincial desestimó en abril de 2014 un recurso planteado por la familia de Ángeles, en el que solicitaba que el exmarido fuera sometido al 'test de la verdad', con el objetivo de poder esclarecer el paradero de la mujer.
OCHO AÑOS DE INVESTIGACIÓN
Cabe destacar que desde el principio del caso, las fuerzas de seguridad investigaron al exmarido de Ángeles Zurera, puesto que cuando se produjo la desaparición, el 2 de marzo de 2008, estaba en proceso de divorcio de su mujer.
Durante los ocho años de investigación, se ha buscado por distintos lugares sin obtener ningún resultado, incluso se ha levantado un vertedero en el que el exmarido solía vaciar los escombros de obras que trasladaba en su camión.
Ángeles Zurera, madre de dos varones de unos 18 y 19 años en el momento de los hechos, desapareció sobre las 15,00 horas del 2 de marzo de 2008 cuando, tras despedirse de sus hijos, se marchó en un vehículo conducido por un individuo no identificado y dejando en la vivienda sus objetos personales, tales como gafas, lentillas y el Documento Nacional de Identidad (DNI).