Diane Morgan era una de las extraordinarias actrices secundarias que acompañaba a Ricky Gervais en la extraordinaria serie After Life. Aquella comercial estirada, triste y solitaria, como la mayoría de personajes que formaban parte del ecosistema de la redacción del periódico local en el que coincidían a diario, tenía algo, sabía transmitir algo en cada una de sus apariciones.
Posteriormente tuvimos la oportunidad de descubrir su excelente faceta cómica dentro de las dos entregas de Death to 2020 y Death to 2021, en la que encarnaba a un personaje bastante cercano al de Philomena Cunk que ahora nos ocupa: dicharachera e ignorante a partes iguales.
Antes de todo eso, había tomado contacto con el a veces muy brillante Charlie Brooker, creador de Black Mirror y las citadas Death to... Lo hizo en un programa de televisión que presentaba el propio Brooker y que se titulaba Weekly Wip, en el que apareció por primera vez el personaje de Philomena Cunk, una presentadora y documentalista que no conoce el ridículo ni tampoco se avergüenza de su escaso bagaje intelectual, pese a tener la oportunidad de preguntar a primeras figuras de la ciencia y las humanidades.
Brooker le vio filón al personaje, pero sobre todo a las posibilidades interpretativas de Diane Morgan y probó con dos minidocumentales: Cunk on Christmas y Cunk on Shakespeare, a los que siguió una primera miniserie, Cunk on Britain. Ahora, con una profusión de medios excelente -digna de un documental de divulgación de la BBC-, acaba de producir para Netflix Cunk on Earth -literalmente Mierda en la tierra-, presentada aquí de forma más aseada como La Tierra según Philomena Cunk, en la que, a lo largo de cinco capítulos, recrea la historia de la humanidad desde el formato del mockumentary, en tanto que buena parte suena a farsa, pero no tan disparatada como pueda parecer a primera vista.
En este sentido, desde el punto de vista historicista, todo el hilo narrativo tiene sentido a partir de la recopilación de los hechos que han marcado la historia del planeta Tierra desde la aparición del hombre. Lo que la hace singular son las apreciaciones personales de Philomena, que puestas en perspectiva no parecen más estúpidas que las de muchas personas que pretenden marcar el paso de la opinión pública desde las redes sociales. Lo hace con un notable sentido del humor desde el que nos brinda un retrato de los tiempos, pero sobre todo de nosotros y el ahora.