Los residuos sólidos urbanos generados en la ciudad en 2017 crecieron un 7,10 por ciento con respecto a 2016, según los datos extraídos de los pesajes realizados en los camiones que transportan la basura al vertedero y centro de recuperación de Miramundo. En concreto, durante el año recién finalizado se retiraron 61.406 toneladas de basura por las 57.336 de 2016, lo que situó la subida en más de 4.000 toneladas.
El delegado municipal de Medio Ambiente, Joaquín Páez, ha informado que “las estadísticas de residuos durante el pasado año nos permiten reafirmarnos en lo que ya apuntamos cuando nos hacíamos eco de los datos demográficos, de empleo y de nuevas licencias y contratos de servicios; y es que la ciudad sigue en la senda de la recuperación económica a un ritmo esperanzador”. Pero no sólo eso, Páez ha considerado, además, muy significativo el hecho de que “los niveles de recogida selectiva han experimentado todos los tipos de residuos un crecimiento muy similar, lo que viene a poner de manifiesto que también está funcionando la llamada a la sensibilización de la sociedad chiclanera, a pesar de que sea un tema en el que hay que seguir insistiendo y no bajar la guardia”.
Páez no ha querido pasar por alto detalles como la subida de la recogida de residuos urbanos en verano. “Durante los meses de mayo, junio y julio ha crecido con respecto a 2016 en más de 600 toneladas por mes. De hecho, viene a demostrar lo que ya sabíamos a tenor de la ocupación hotelera: que habíamos atravesado el mejor verano de la historia, con un lleno técnico en todos los establecimientos y una población flotante superior a las 270.000 personas en la localidad, con el esfuerzo y la dedicación que supone mantener la ciudad en esta situación, por otra parte, siempre bienvenida”.
En cuanto a la recogida selectiva, especialmente relevante es el aumento destacado por Páez en todos los tipos de residuos. En papel se han recogido 664 toneladas que suponen 27 toneladas más que en 2016. El incremento porcentual en esta materia se elevó al 4,25 por ciento. Los envases, por su parte, experimentaron un crecimiento del 4,7 por ciento, alcanzándose las 674 toneladas retiradas; 30,28 más que en 2016. Por último el incremento experimentado en recogida de vidrio fue del 3,90 por ciento con un total de 1.039 toneladas. En este caso fueron 39 las toneladas de más que se recuperaron con respecto a 2016.
Mención especial merece para el delegado de Medio Ambiente la recogida de residuos eléctricos y electrónicos, materia en la que se recuperaron 145 toneladas, casi 10 más que en 2016, lo que supone un crecimiento de 7,36 por ciento. En este sentido, el edil ha apuntado que “es muy importante que los ciudadanos sepan que en los dos puntos limpios pueden dejar estos residuos en la localidad. De esta forma, a los aparatos eléctricos y electrónicos se les permite ser tratados en su integridad y servir a su vez para proporcionar nuevos materiales que permitirán construir nuevos electrodomésticos. Así, se avanza en una necesidad tan imperiosa y urgente como es la economía circular; ya que los recursos, por desgracia, no son inagotables ni la salud medioambiental de nuestro planeta”.
Páez se ha mostrado esperanzado con “las mejoras que deberán hacerse visibles a los ciudadanos con el desarrollo del nuevo contrato de recogida de residuos, firmado el pasado mes de octubre con la firma Urbaser”. Así, ha indicado que “paulatinamente se procederá a la adquisición de nueva maquinaria, con el objetivo de lograr un servicio más eficiente. Estamos convencidos de que vamos a experimentar, a su vez, mejoras ambientales de relevancia, entre ellas la construcción de un nuevo punto limpio en la zona litoral”. Para finalizar ha destacado “un asunto que considero igual de importante, como es extender la prestación del servicio a un mayor número de zonas del extrarradio donde hasta ahora no se prestaba”.