Después de estar tanto tiempo con dolores articulares, atrofia muscular y una vida sedentaria debido al Covid-19, nos hemos activado y concienciado haciendo ejercicio regularmente. Los beneficios para la salud de hacer actividad física y ejercicio son independientes de la edad, el sexo o la capacidad física. Sin importar nuestro peso, el estar activo aumenta el colesterol ‘bueno’ y reduce los triglicéridos poco saludables, esto reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, ayudando a prevenir el accidente cerebrovascular, el síndrome metabólico, la presión arterial alta, la diabetes Tipo 2, la depresión, la ansiedad, muchos tipos de cáncer, la artritis y las caídas.

La práctica de ejercicio ayuda en el desarrollo de la densidad ósea. La masa muscular se va perdiendo con los años, por lo que es importante ejercitar la fuerza, la resistencia y la flexibilidad de los músculos de nuestro cuerpo.

Las personas con enfermedades crónicas o dolencias por accidente es importante que se mantengan activas. Seguramente en un principio seamos reticentes a realizar ejercicio por temor a que se empeoren los síntomas o que nos duela aún más. El ejercicio moderado periódico puede reducir el dolor y los efectos perjudiciales del sedentarismo. En pacientes con cáncer, puede mitigar los efectos secundarios de la medicación y ayuda a evitar la pérdida de masa muscular.

Mejora nuestro estado de ánimo y evoca emociones positivas, creciendo nuestra autoestima y autoconfianza, además de la capacidad de aprendizaje y la cognición.

El ejercicio vuelve a poner la chispa sexual en tu vida, la actividad física aumenta la confianza sobre nuestra apariencia, lo que puede estimular tu vida sexual. En el caso del sexo femenino mejora la excitación sexual y en los hombres el ejercicio físico regular hace que sean menos propensos a tener problemas con la disfunción eréctil.

Si deseas perder peso, para alcanzar metas específicas de acondicionamiento físico es posible que necesites aumentar tu actividad aeróbica moderada a 300 minutos o más a la semana.

Las personas con problemas de salud crónicos es recomendable que consulten con su médico antes de comenzar un nuevo programa de ejercicios, igual para las personas que lleven mucho tiempo sin hacer ejercicio o nunca lo han hecho. Mi recomendación es que os pongáis en manos de profesionales del deporte.

Nunca es tarde para comenzar a hacer deporte, no hay ninguna barrera de edad, ni los 50, ni los 60, ni los 70 o los 80... aunque lo ideal es que seamos activos desde edades tempranas. La alimentación también cuenta. Si se combina dieta y hábitos saludables, el resultado es que nos hace más listos y mejora la memoria y el aprendizaje, y es positiva para aumentar la productividad laboral e intelectual. ¿Te mueves?