Así, tras las altas temperaturas de las últimas semanas, la uva ya ha llegado al nivel mínimo de maduración, puesto que ha alcanzado los 11 grados baumé, 0,5 más de lo que exige la Denominación de Origen Jerez.
Con todo ello, durante las tres próximas semanas los campos chiclaneros y el lagar situado en el polígono industrial El Torno tendrán una actividad frenética, con el objetivo de que la campaña se desarrolle sin los inconvenientes que puede provocar el tiempo. Y es que la lluvia se convierte en el único factor que aún temen los viñistas chiclaneros, puesto que las precipitaciones podrían provocar una bajada del grado baumé de la uva y, por tanto, la cosecha no contaría con el visto bueno de los responsables de calidad de la Denominación de Origen Jerez.