Isabel Torres, una de las portavoces de Verdemar, considera que la Rugulopteryx Okamurae, ese alga japonesa que tantos problemas está causando en las aguas de la comarca, podría llegar a ser rentable: "la Rugulopteryx ha venido para quedarse, pero podría ser rentable" explicaba "hay gente en la zona de Tarifa que la utiliza para hacer tintes, cordones, incluso existe ya un condimento picante creado en base a este alga. Si se aprovechase esta sobrepoblación para fabricar productos como estos estaríamos hablando de una retroalimentación entre la retirada y la posterior venta de productos". Comentaba también que el principal problema de esta planta es, precisamente, este sabor picante: "no hay muchas especies que la ingieran, sin embargo se sabe que los erizos de mar y algunas especies de pez están comenzando a consumirla poco a poco".
En una línea similar nos hablaba sobre otras especies invasoras del Campo de Gibraltar, como por ejemplo el avispón asiático: "son una especie muy agresiva, si se divisa una colmena de este insecto se debe avisar a las autoridades para que se proceda a su retirada". Nos contaba cómo, al tratarse de un animal fuerte y carente de competidores naturales, pone en peligro las poblaciones de abejas locales acabando con colmenas de forma indiscriminada.
Continuaba hablándonos, a grandes rasgos, del inmenso nicho ecológico que tenemos en la comarca: "no somos conscientes de la riqueza natural que tiene el Campo de Gibraltar". Esta zona es un lugar con un gran tránsito de aves, que se aprovechan del clima cálido y la cercanía con África para pasar el tiempo entre migración y migración, sin embargo algunas especies han establecido la comarca como su lugar de residencia definitivo. "Hay poblaciones de aves migratorias que ya son autóctonas de la zona" explicaba "muchas aves migratorias han dejado de marcharse y pasan aquí todo el año, como es el caso de las cigüeñas".
Explicaba también el fuerte impacto que la pérdida de especies puede tener en el ecosistema: "las tortugas marinas son el único animal de esta región que se alimenta de medusas". Hablaba sobre cómo la reducción en la población de tortugas implicaba un aumento en la población de medusas y de las consecuencias que podría tener una extinción de estos acorazados reptiles en las playas de la comarca. "Hay que tener cuidado con las bolsas de plático" añadía "las tortugas pueden confundirlas con medusas e ingerirlas por accidente, algo que en el peor de los casos las lleva a asfixiarse".
Terminaba hablando de las redes fantasma, uno de las grandes luchas de Verdemar: "son auténticas redes asesinas. Pulpos, peces e incluso cetáceos pueden quedarse atrapados en ellas y acabar perdiendo la vida. Este año hemos retirado dos". Las redes fantasma son redes perdidas o abandonadas por los pescadores que permanecen en el fondo marino y pueden suponer un problema mortal para las especies del océano.