El trabajo es una muestra de la capacidad camaleónica y sentido del humor de Gabino, que ya ha dejado patente en muchas de las comedidas en las que ha intervenido. Durante hora y media por el escenario transitan hasta medio centenar de personajes. Desde el irrepetible Fernando Fernán Gómez a Elvis Presley o “el yonki que siempre veía en mi barrio”. Una galería humana tan amplia y variada que a él mismo le cuesta explicar de qué va la función.
De entrada, deja claro que no es un monólogo, ni una versión revisada del modelo El Club de la comedia (en el que también participó en su día). “Prefiero decir que es una obra de teatro con un solo actor”, explica.
De hecho, un cuenta chistes y chascarrillos no necesita todo el aparataje de luz y sonido que este showman capitalino despliega sobre el escenario. Una noche con Gabino se ha representado, en sus ocho años de vida, delante de medio millón de espectadores, alcanzando un enorme éxito, en asistencia de público y de crítica.