La Iglesia invirtió más de 23 millones de dólares en luchar contra los abusos de menores, 22 millones de terapia para las víctimas y 374,4 millones en indemnizaciones a unas 500 personas. Los gastos para 2008 supusieron un descenso en un 29% con respecto a los del año anterior.
La gran mayoría de los casos de abusos se remonta a entre 35 y 45 años atrás, sobre todo al período de 1970 a 1974, según el informe, encargado por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.