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Viernes 22/11/2024
 

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David contra Goliat (Mora Figueroa Domeq): la nueva batalla por La Laguna de la Janda

Colectivos ecologistas y conservacionistas luchan contra unos pocos pero poderosos terratenientes para recuperar la La Laguna de la Janda como Dominio Público

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Concentración en la Laguna de La Janda

Mapa de la Laguna de La Janda.

Reunión en Madrid

  • "A pesar de la sentencia del Supremo que dice que la Laguna es de Dominio Público, quienes lo controlan “reciben casi dos millones de euros de la PAC"
  • "Morán reconoce que en efecto, hay seis mil hectáreas que pertenecen al Dominio Público, y que hay que defenderlas"
  • El objetivo es compatibilizar la conservación de la La Laguna con la generación de cierta riqueza, tal y como proponen los ecologistas

A orillas de la Laguna, allá por el año 711, tuvo lugar la sangrienta Batalla de la Janda, en el que las tropas de Tariq Ibn Ziyad destrozaron a los ejércitos visigodos dirigidos por el Rey Don Rodrigo, una victoria que supuso el primer gran paso de la dominación islámica durante los siguientes siete siglos en prácticamente la totalidad de la península ibérica. Ahora, en 2024, alrededor de la citada Laguna de la Janda y desde hace varios años, se desarrolla otra batalla, menos sangrienta, claro está, pero de gran importancia para la conservación de nuestro entorno natural y para, por qué no decirlo, la justicia social, la legalidad patrimonial y el sentido común.

"la batalla por La Janda se acaba de iniciar, sabemos que será larga, en los despachos, juzgados, medios de comunicación, redes sociales y en la calle, de años, pero no la vamos a abandonar. No será de ocho días como la del siglo VIII, pero la ganaremos"

Es una batalla desigual. David contra Goliat. Pero los colectivos conservacionistas y ecologistas jamás se rinden, aunque se enfrenten a grandes apellidos que controlan una gran fortuna y un gran poder, como los Mora-Figueroa y los Domeq, quizás los mayores terratenientes andaluces, con cerca de 30.000 hectáreas bajo sus dominios, en el podio de los más ricos de Andalucía, según la revista Forbes, con negocios que han abarcado desde el propio campo, los toros, evidentemente los vinos y una sociedad muy productiva con Coca-Cola… sin olvidarse del sector inmobiliario, la automoción y el turístico. En definitiva, no es una batalla sencilla de ganar.

Objetivo, recuperar la La Laguna

Pero vayamos por partes. Primero señalar que la batalla consiste en recuperar como terreno público una laguna que desde hace décadas está en manos privadas… en “manos de muy pocas personas que no queremos llamar propietarios porque no lo son”, señala con la veterana activista del ecologismo gaditano, Lola Yllescas, promotora del recién creado grupo Enebro-Ecologistas en Acción, involucrado junto a otras organizaciones, en el objetivo de devolver al ciudadano el que fuera el humedal interior más extenso de España y uno de los de mayor importancia medioambiental de Europa, con una gran biodiversidad que no podemos permitirnos el lujo de perder.

“La Laguna de la Janda es un espacio marcado por una depresión tectónica cerca del Estrecho de Gibraltar, a escasa distancia del litoral. Es una depresión de escasa profundidad pero de gran amplitud… en tiempos pasado alcanzó las nueve mil hectáreas. Actualmente ocupa parte de los términos municipales de Medina Sidonia, Benalup, Conil, Vejer, Barbate y Tarifa”, nos explica Lola Yllesca para agregar que “debido a esa depresión solía tener agua, con caudal variable según las estaciones y con un suelo poco permeable que impedía que se secara totalmente”.

La Laguna “recogía el agua de tres ríos, el Celemín, el Barbate y el Almodóvar”… La Laguna se mantuvo casi hasta principios del siglo XX. Con la contribución de estos tres ríos se mantenían unos humedales de unas cuatro mil hectáreas que en épocas de lluvia alcanzaban hasta los 50 kilómetros cuadrados de extensión. 

Su decadencia comenzó en 1918, con la aplicación de la Ley de desecación de lagunas, marismas y terrenos pantanosos, de 1918, “conocida como Ley Cambó (ministro de Sanidad), que ha estado vigente hasta 1985. Esta ley decía que el Estado podrá conceder y auxiliar… la desecación de lagunas… siempre que la superficie sea superior a 100 hectáreas”. La Ley Cambó se promulgó con la excusa de que “en las zonas cercanas a las lagunas, lagos, charcos y humedales proliferaban los mosquitos que propagaban el paludismo, para paliarlo se apostaba por la desecación. La ley permitía que quien desecase una laguna, se le daba la concesión de estos terrenos por 99 años”.

“A partir de esa ley se inició un proceso de desecación, pasando los terrenos desecados a manos de una asociación de agricultores. En concreto, después de la paralización que supuso la Guerra Civil, en el año 1946, el Estado otorgó por decreto una concesión para desecar la laguna de La Janda a la empresa Colonias Agrícolas”. Un proceso, el de desecación, que se basó en “en diques para impedir que el agua de estos tres ríos llegasen a la depresión. Pero no podemos olvidar que el último pantano se construyó en democracia. También se hizo la presa del Almodóvar y el pantano del Celemín. Eso cierra el paso de las aguas. Por otro lado, se hicieron dos grandes desagües que aún hoy día están sacando agua de la laguna. Dichos desagües pasan por debajo de la Nacional 340 y llegan a las marismas del Barbate, donde mezclamos agua salubre con agua dulce, con lo que alteramos también ese espacio”.

El segundo de esos desagües “lo construyó una empresa de Florentino Pérez, es decir, es reciente, dentro de lo que cabe. Creo que estaba de presidente Felipe González. Y la presa del Barbate se inauguró en 1992. Quiero decir que es un proceso que comenzó a comienzos del siglo XX pero que ha continuado independientemente de la situación política del país durante más de un siglo”.

Primeras concesiones

Pero volvamos atrás… “las primeras concesiones fueron a manos de Colonias Agrícolas pero no se logró una desecación viable para los cultivos, que se perdían… con lo cual los terrenos fueron pasando a otras manos hasta quedar en poder de unos pocos terratenientes, entre ellos los Mora-Figueroa y los Domeq, que son los propietarios de la Finca de Las Lomas, aunque debemos señalar que no es lo mismo la Laguna que Las Lomas, que es una finca sólo tiene una parte en la primera”.

El problema es que no se desecaba, “volvía a inundarse como ocurre hoy cuando cae una buena lluvia. Y eso a pesar de los desagües, que son enormes… no es broma, en ellos cabe un camión. Imagínate el diámetro de esas tuberías y a pesar de ello la laguna renace durante varios días cada vez que llueve”.

En 1954 se dicta nueva concesión de desecación a otra empresa similar llamada Lagunas de Barbate. Se desarrollan nuevas obras de desecación, pero hasta 1957 el Consejo de Ministros no aprueba las citadas obras, el parcelario y el deslinde del dominio público hidráulico. Desde los grupos ecologistas “existía el convencimiento de que las empresas que explotaban los terrenos desecados tenían una concesión legal” estaban resignados “a esperar a que se cumpliesen esos 99 años de concesión para recuperar este gran humedal”.

Pero al cabo de un tiempo descubren que  en aquellos años, “el gobierno decide realizar un rescate de la concesión porque no se había desecado como indicaba la ley. A raíz de ese rescate se inicia un proceso jurídico que llega al Tribunal Supremo que sentencia, en 1967, que hay seis mil hectáreas que son de dominio público e hidráulico. Lógicamente, si es dominio público pues no puede estar en manos privadas. Es una sentencia que se recurrió pero que el Tribunal Supremo se ratifica en lo dicho. El problema es que nadie cumple esa sentencia y nadie la hace cumplir desde 1967. ¿Cómo se come esto?”.

Mapa de la Laguna de La Janda.

Nadie asume las competencias

Esa es la situación actual y desde los colectivos ecologistas “cuando hace cinco o seis años ya tuvimos clara la sentencia, porque nos costó acceder a ella, dimos una rueda de prensa en Sevilla en la que la hicimos pública. Desde ahí, comenzamos a reclamar al Ministerio de Medio Ambiente, que nos manda a Patrimonio, y de ahí se lo mandan a la Junta de Andalucía. Vamos que comenzaron a tirarse la pelota unos a otros”.

Entre tanto, en la vorágine administrativa, “de forma sorpresiva, la Junta de Andalucía publica en el Boja que se abre una investigación sobre la titularidad de la Laguna de la Janda. Los ecologistas le llevamos la sentencia. Hablo de la Sociedad Española de Ornitología, Greenpeace, Amigos de la Janda, Fundación Savia, la Nueva Cultura del Agua y Ecologistas en Acción”.

“Realmente la Junta abre este expediente porque tenía que hacer concesiones de agua para el riego y tenía miedo a pillarse las manos porque nosotros ya lo habíamos advertido de que esos señores estaban recibiendo dinero de la PAC y agua de tierras que no son suyas, sino públicas… Y a la Junta le entró un poco de miedo pero las presiones debieron ser tan fuertes que cierra el expediente diciendo que no pueden saber de quién es la titularidad, que se inhibe y que manda de nuevo el expediente a Patrimonio del Estado, quien a su vez lo devuelve a Medio Ambiente y ahí está”, lamenta Yllesca este sinsentido.

Con este panorama, las administraciones pasándose la pelota unas a otras y con un ‘rival poderoso’ enfrente, los colectivos ecologistas mantuvieron un encuentro meses atrás para establecer una estrategia… “Y es que son la sentencia en la mano, siempre podemos ir a los tribunales, es nuestra baza pedir que simplemente ejecuten la sentencia. Pero sabemos que nos vamos a enfrentar a los bufetes de abogados más caros de España, un país donde la justicia está como está, con procesos que se alargan y donde los tribunales muchas veces no saben y no contestan. Entonces, viendo cómo se ha resuelto el conflicto de Doñana o del Mar Menor, con acuerdos políticos, decidimos apostar por una vía de diálogo, acuerdo y consenso. Para ello necesitamos un mediador y quién mejor que el secretario de Estado del Ministerio de Medio Ambiente, Hugo Alfonso Morán Fernández, que es un hombre de gran talante y una gran reputación”.

Morán sí reconoce el Dominio Público

Acordado ese paso, se le envió una carta con la petición y les contestó que sí, recibiendo a los colectivos en Madrid. Una reunión en la que “Morán reconoce que en efecto, hay seis mil hectáreas que pertenecen al Dominio Público, y que hay que defenderlas. La idea es que encabece una mesa diálogo y que establezca contacto con los actuales ‘propietarios’, aunque no es el término correcto, prefiero usuarios por no llamarles usurpadores. Una vez abierto el diálogo, el objetivo es que de forma progresiva vayan cediendo terrenos a lo público y que se vayan estableciendo ciertos cultivos compatibles con la naturaleza, así como la recuperación de las zonas húmedas para fauna y las aves… Es decir, un cambio a favor de la restauración de la naturaleza, tal y como ha dictaminado la Unión Europea con una ley que obliga a los países a recuperar un veinte por ciento de los ecosistemas deteriorados hasta 2030”.

Reunión en Madrid

Dentro de esa ley, la recuperación de la Laguna de La Janda encaja como un guante. Aún así, aunque la reunión fue a finales de abril, las elecciones europeas y los posibles cambios en el Ministerio, los colectivos ecologistas están pendientes de quién asumirá dicha cartera y las modificaciones que ello conlleve. La intención es que se cumpla ese compromiso una vez que se asiente el Ministerio. “Lo importante es que a diferencia de la Junta, el Gobierno nos ha reconocido que hay seis hectáreas de dominio público, y así tenemos dos vías, a través del diálogo y a través de la justicia”.

Por otro lado, tras la decisión de la Junta de inhibirse tras abrir una investigación, los ecologistas recurrieron la decisión y “es ahora cuando nos está contestando diciendo que rechaza nuestros recursos a pesar de que les volvimos a presentar la sentencia. Y ese rechazo a los recursos se lo hemos reenviado a Hugo Morán para que vea a qué nos enfrentamos”. Además, Morán se mostró “muy interesado es que le mandásemos el posicionamiento de la población implicada, es decir, de los plenos municipales, con lo que elaboramos una moción que enviamos a los ayuntamientos, contando con el apoyo de todos ellos, incluso el de la Diputación, menos uno… Benalup, un municipio que cuenta con muchos vecinos y vecinas trabajando en la Finca de Las Lomas”.

“Será larga, pero ganaremos”

Actualmente, en los terrenos de La Laguna hay explotaciones de arroz en las zonas más húmedas, también “aunque sea increíble, hay aguacates, algo impensable en una zona seca como Andalucía querer plantar cultivos del trópico”.

El objetivo es compatibilizar la conservación de la La Laguna con la generación de cierta riqueza, tal y como proponen desde el colectivo Amigos del Pericón… “es compatibilizar los cultivos con los patos”.

La pionera en esta lucha fue la Asociación Amigos de La Janda, que curiosamente “monta un inglés, dueño del hotel Cristina en Algeciras… Él, Parker, iba a la Laguna con una barquilla de fondo plano a cazar pero le encantaba y acabó siendo su mayor protector. Creó la asociación que luego fue presidida por su hija, Cristina Parker, y tras su fallecimiento la presidencia recayó en José Manuel López”.

Además de las acciones jurídicas y las del diálogo, desde hace unos años se convocan movilizaciones para demandar la recuperación y regeneración de esta laguna coincidiendo con el Día Mundial de los Humedales. Las entidades conservacionistas AEMS-Ríos Con Vida, AGADEN-Ecologistas en Acción, Asociación de Amigos de la Laguna de la Janda, Ecologistas en Acción, Fundación Savia, Greenpeace, Iniciativa Natura, Red Andaluza de Nueva Cultura del Agua y SEO/BirdLife son los convocantes.

La familia Mora-Figueroa Domecq “ocupa la mayor parte de este territorio, y por él recibe una de las mayores subvenciones de pagos director de la Política Agraria Común (PAC), más de dos millones de euros, según detalló el año pasado en el Congreso de los Diputados una iniciativa de la coalición formada por Podemos, Izquierda Unida y Alianza Verde para recuperar este humedal”, indican los ecologistas que añaden que también recibe agua para riego “como si esas miles de hectáreas les perteneciera” .

En definitiva, “la batalla por La Janda se acaba de iniciar, sabemos que será larga, en los despachos, juzgados, medios de comunicación, redes sociales y en la calle, de años, pero no la vamos a abandonar. No será  de ocho días como la del siglo VIII, pero la ganaremos”.

Concentración en la Laguna de La Janda

 

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