Los genéricos, café para todos

Publicado: 19/12/2018
Autor

Remedios Jiménez

Licenciada en Historia, docente y verso suelto

Atando Cabos

Una mirada sobre lo que nos pasa día a día, bajo los titulares de la incesante actualidad

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Que la sanidad vuelva a estar en manos de los sanitarios: médicos, enfermeros, auxiliares, celadores…
Qué igualatorio es tomar todos de postre café.Ni tarta, ni flan, café y qué económico. Hacerlo con los medicamentos parecía imposible, pero Andalucía es la tierra de los milagros. Aquí la Consejería ha ido a la compra o subasta anual como quien va al supermercado para el mes, a llevarse lo básico: leche, fideos, arroz, garbanzos, detergente… ¿Y la otra compra? La que compramos a la semana o en días concretos por ser más especial y perecedera. Pues esa ha tenido un presupuesto cuyo único objetivo en estos años ha sido recortarse.Aunque con esos recortes la Junta nos haya colocado en una situación de inferioridad con el resto de los españoles que han podido consumir medicamentos a los que no hemos tenido acceso aquí. Como si de un chiste de leperos se tratara, aquí tomamos todos lo mismo. También hay otro perjuicio que ocasionan los genéricos, porque una vez que los pacientes con tratamientos específicos se han habituado a uno, la subasta lo cambia y el cuerpo debe reajustarse con el consiguiente perjuicio.

No importa, el gobierno de Susana Díaz nos dejó dos grandes avances: la televisión gratis en las habitaciones y las pulseras localizadoras de urgencias para saber si te has ido o estás muerto y por eso no contestas a las llamadas. Lo de la tele está bien, hay que distraer a los pacientes, tanto al que se va de alta al día siguiente como al que ha sufrido una operación de seis horas que está encantado de no perderse el “Sálvame” que sólo puede oírse en un tono, el de los gritos.

Ahora que lo que a mí de verdad me tiene impresionada es esperar en urgencias, dos horas, para que te lleven a hacerte una radiografía, porque no hay sillas de ruedas. “¿Cómo qué no hay sillas de ruedas en un hospital?”” Bueno, si hay, pero van más bien justas, porque si el personal consigue apañarse…” Te contestan los pobres profesionales.De esa forma tenemos a los celadores sin sillas, “esforzándose” porque la sanidad andaluza se ajuste a los presupuestos.

¿Qué ocurre si compramos más sillas? ¿Si tu médico de cabecera en vez de tener que ser un superhéroe que lidia con todo, manda al especialista a más gente? ¿Si las mujeres recuperan su derecho a ir al ginecólogo?

Para eso tendríamos que sacar a todos los hombrecillos grises que se dedican a gestionar la sanidad andaluza y devolverlos al cuento de “Momo”. Que la sanidad vuelva a estar en manos de los sanitarios: médicos, enfermeros, auxiliares, celadores… Esos que en los últimos años no han parado de sobrar, mientras los hombrecillos grises no han parado de ver engrosados los sobres de sus sueldos. Crucemos los dedos, a ver qué viene ahora.

 

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