El A400M ya era grande, pero ahora se ha hecho mayor. La planta de San Pablo en Sevilla, dependiente de Airbus Defence and Space, ya ha alcanzado las cien entregas de la aeronave con más peso en la industria aeroespacial de Andalucía.
El centenario en las entregas ha sido alcanzada con el MSN111, código con el que se marcan las distintas unidades, que, a su vez, ha sido el décimo avión de estas características que la compañía fabrica para el Ejército del Aire español.
Así, la simbólica aeronave voló ayer desde Sevilla hasta Zaragoza, donde tiene su base la flota española de A400M, marcando un nuevo hito en el desarrollo de este programa, que tras unos primeros años duditativos ha entrado en una madurez plena de satisfacciones.
Otros hitos
De este modo, en la misma semana, el resto de A400M desplegados por el mundo han llegado a las 100.000 horas de vuelo, durante las que han desempeñando todo tipo de misiones en numerosas partes del planeta como parte de las fuerzas aéras de ocho países.
Las misiones encomendadas a este avión, que se ensambla por completo en Sevilla, se han intensificado durante los últimos meses con motivo de la pandemia que ha afectado a todo el planteta.
Así, el avión más andaluz ha participado en numerosas misiones de emergencia y de cooperación internacional, sobre todo con el transporte de materiales vitales para combatir a la enfermedad.
Nuevas capacidades
El A400M lleva meses logrando en paralelo éxitos en la confirmación de sus capacidades, que lo convierten en el avión más versátil del mundo.
Así, finalizó con éxito una importante campaña de ensayos en vuelo para certificar el reabastecimiento en vuelo de helicópteros en coordinación con la Dirección General de Armamento francesa, en el que se logró, por ejemplo el primer repostaje simultáneo de dos helicópteros.
También el A400M ya es capaz de desplegar hasta 116 paracaidistas mediante el lanzamiento simultáneo desde las puertas laterales con apertura automática de paracaídas o con saltos simultáneos desde la rampa con apertura automática de paracaídas o en caída libre, de día y de noche.
Asimismo, se han desarrollado ensayos en España en colaboración con el equipo de pruebas de paracaídas de la Real Fuerza Aérea del Reino Unido para ampliar hasta los 7.600 metros (25.000 pies) la altitud para la apertura automática del paracaídas y hasta los 11.582 metros (38.000 pies) la altitud para la caída libre.
El A400M también se sometió a pruebas adicionales para incrementar su capacidad de lanzamiento aéreo utilizando múltiples plataformas de extracción con paracaídas (23 toneladas). Francia y España participaron en estos vuelos.
También se certificó otra modalidad de lanzamiento de carga en pistas sin preparar y sin contar con equipo de manipulación: la descarga en combate de hasta 19 toneladas de palés (en una sola pasada) o de 25 toneladas (dos pasadas) en pistas de aterrizaje pavimentadas o sin pavimentar.
El A400M también logró un nuevo e importante hito con sus vuelos de certificación de su capacidad de vuelo automático a baja cota para condiciones meteorológicas instrumentales.
Se trata de una novedad en un avión de transporte militar, ya que se basa en sistemas de navegación y en bases de datos del terreno y no necesita un radar de seguimiento del terreno. De esta forma, el avión es menos detectable en zonas hostiles y menos vulnerables a las amenazas cuando realiza operaciones en entornos de riesgo.
En operación
Entre las misiones militares más importantes del año pasado, se encuentra la entrega de casi 40 toneladas de alimentos, agua, combustible y munición por parte de un sólo A400M francés a las tropas con base en la región africana del Sahel.
Fue así el primer A400M que realizó un lanzamiento aéreo de suministros en un país no europeo.
Además, Alemania se convirtió en el primer cliente del A400M en utilizarlo como avión cisterna en misiones reales en apoyo a la operación Counter Daesh en Jordania.