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Quien a buen árbol se arrima...

El bosque humanizado

Definir el más de medio millón de hectáreas de olivar de la provincia de Jaén como el mayor bosque humanizado de Europa es una aberración ecológica...

Publicado: 07/10/2020 ·
13:25
· Actualizado: 07/10/2020 · 13:25
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Autor

Manuel Ruiz

Manuel Ruiz es biólogo y ocupa el cargo de presidente de la Asociación Ecologista GEA de Jaén

Quien a buen árbol se arrima...

Cuaderno sobre la importancia de ser responsables medioambientalmente y otras cuestiones culturales y patrimoniales de Jaén

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Definir el más de medio millón de hectáreas de olivar de la provincia de Jaén como el mayor bosque humanizado de Europa es una aberración ecológica, porque la mayor parte de ese olivar no sólo no se corresponde con lo que sería un bosque, con diferentes estratos y una básica estructura y biodiversidad sino que la humanización aludida introduce impactos que alteran los más elementales ciclos ecológicos de nutrientes y energía y han abierto la puerta a una grave pérdida de suelo fértil debido a la erosión y a una contaminación ambiental difusa de sustancias químicas usadas en la agricultura, que se constata en los ríos, acuíferos y embalses contaminados. He visto olivares que son bosques humanizados, pero no lo son la mayoría.

Pero no quiero hablar de esta descripción de nuestro paisaje olivarero, sino de la reflexión a la que me ha llevado mi ensimismamiento cuando hace unos días leía por enésima vez en una red social la mención del bosque humanizado.

Más allá de la incoherencia ecológica que supone tal sustantivo y adjetivo, que no tiene por qué conocer la mayor parte de la gente, hay detrás un legítimo orgullo por hacer bandera de las grandezas de nuestra tierra, en línea con otros apelativos como “mar de olivos” u “oro líquido”, por seguir con la temática olivarera. Y esa concatenación de reflexiones y escenarios del pensamiento que recorremos cuando estamos ensimismados, me lleva a valorar la paradoja de nuestros amores. Necesitamos afirmarnos sobre los rasgos de nuestra tierra, pero nos quedamos en la superficie, en lo manido, en los tópicos, dejando lo esencial (cultura, oportunidades, valores, inversiones, servicios, futuro) a un lado, al margen de nuestra esfera de interés y compromiso.

Para acompañar el sentido profundo de pertenencia a nuestra maravillosa tierra es preciso ayudarla, adquiriendo sus productos, visitando sus rincones, mimando y cuidando sus espacios y sus tradiciones. Si queremos enorgullecernos de ser de Jaén, deberíamos albergar en nuestro corazón, a partes iguales, la emoción que se siente cuando se produce la inmersión en nuestro paisaje único al dejar atrás Despeñaperros y la sensibilidad para con los problemas que aquejan a nuestra tierra.

No me molesta que se hable del bosque humanizado, si esas palabras van acompañadas de genuina preocupación y acciones comprometidas y solidarias por el bien común de los jiennenses. Admito pulpo como animal de compañía. Pero me rechina ese apelativo si se expresa como tópico vacío, de la mano de una actitud conformista e indolente con la que está cayendo.

El bosque humanizado, para que realmente sea tal, requiere de la mente, el corazón y la acción de nosotros, las criaturas del bosque.

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