Pretenden así que la carga policial se vaya del barrio y retomar la vía del diá
Los desempleados de San Benito que el pasado lunes paralizaron las obras de rehabilitación de las casitas bajas para pedir ser contratados para este proyecto están dispuestos a dejar trabajar a las ocho empresas encargadas desde hoy mismo “para acabar con la mala imagen” que está dando su barriada, que ayer amaneció con cuatro furgones antidisturbios. Este es el compromiso que ayer adoptó el portavoz de los afectados, José María Loreto, con la presidenta de la asociación de vecinos Pedro Palma, Francisca Durán, en una reunión celebrada a última hora, conscientes de que la estampa de estos días “no es buena para nadie”.
La idea, según señaló Loreto, es “quitar la carga policial” del barrio y tratar de recomponer la situación optando “por la vía del diálogo”, después de haber sido asesorados por el colectivo vecinal y organizaciones sindicales. Un nuevo posicionamiento que trasladará a primera hora de hoy a sus compañeros, a los que tratará de convencer de que la táctica de estos últimos días les dará demasiados quebraderos de cabeza y pocos resultados. De hecho ayer, como denunciaron, los agentes del 091 le retiraron las pancartas en las que pedían soluciones y les provocaron, según su versión, después de haber reforzado la vigilancia para dejar trabajar a los contratistas, si bien estos vecinos dejaron claro ayer que “nunca hemos dado ni un golpe a nadie ni teníamos esa intención”, señaló.
No obstante, esta situación no quita su indignación por la “falta de palabra” de la Delegación provincial de Vivienda. “Se comprometieron a darles nuestros currículos y hoy mismo (por ayer) en las empresas nos han dicho que no tienen ninguno y nos han pedido que se los mandemos, con lo que se han quedado otra vez en los cajones”, criticó.
Casi todas las empresas trabajaron ayer escoltadas
Pese a que la vigilancia se duplicó ayer con cuatro furgones de la Policía Nacional, finalmente la mañana transcurrió sin altercados y con algo más de tranquilidad que el lunes. De hecho, casi todas las empresas pudieron trabajar, dentro de la normalidad que supone el hacerlo escoltados por antidisturbios y rodeados de desempleados del barrio que, a la par, exigían un puesto de trabajo, según señaló la presidenta de la asociación Pedro Palma, después de mantener una conversación con el arquitecto de la obra. Asimismo, Durán también desmintió el que el personal contratado por estas empresas hubiera sido en algún momento amenazado por su superiores para perder su trabajo si no cumplían su jornada. “Eso es incierto.
Los trabajadores han entrado porque están defendiendo sus puestos, pero hay que trabajar dignamente no con policías”. No obstante, la representante vecinal se mostró confiada en que este grupo de vecinos acceda a crear una mesa de trabajo para estudiar posibles vías de solución “en un futuro” no necesariamente por este proyecto.