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El Dedo

La rana y el escorpión

Los nacionalistas vascos y está dispuesto a viajar a la caldera de Pedro Botero si fuese necesario

Publicado: 26/10/2018 ·
09:45
· Actualizado: 26/10/2018 · 09:46
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El Dedócrata

El Dedócrata no ha sido elegido a dedo. Es una opinión cualificada y rigurosa de la actualidad portuense

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El Dedo siempre apunta a los temas más candentes de la ciudad para no dejar títere con cabeza

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El embajador plenipotenciario del Gobierno de España se está dedicando a a visitar a los políticos presos, a los huidos de la justicia, a los nacionalistas vascos y está dispuesto a viajar a la caldera de Pedro Botero si fuese necesario, con tal de que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado y de esta manera asegurarse la vicepresidencia que temporalmente está ocupando.  

Aunque no tendrá que vender su alma al diablo porque la tiene hipotecada desde que entró a formar parte de la política nacional y es que el de la coleta está trepando con pasos agigantados para alcanzar la gloria y al igual que en la Biblia, esta torre de Babel, nunca llegará a la meta propuesta.

Por otra parte, el doctor Sánchez envió a Zapatero a dialogar con Otegi el pasado día 2 de agosto para conseguir el apoyo de aquellos que dejaron tantos huérfanos y a tantos padres sin hijos, que hay tener un corazón de piedra, una ambición desmesurada y un ansia de poder sin límites para pactar con populistas independentistas batasunos y desestabilizadores que quieren desmembrar España en aras del sillón de la Moncloa que no es capaz de conseguir en las urnas.

Al doctor Sánchez, que pronto perderá su título por plagio, le ha tocado la lotería sin haber comprado ni un solo décimo ya que ha sido un regalo de la moción de censura conseguida por sus secuaces. Pero se encuentra tan a gusto que ya tiene proyectado para noviembre un viaje diplomático de 75.000 kilómetros acompañado por su esposa y de paso disfrutar de algunos días de vacaciones por el continente africano.

Y no sé si en la comitiva negociadora está incluido el vicepresidente, su inseparable amigo, aunque este idilio pronto terminará porque mucho me temo que va a ocurrir lo mismo que en la fábula de la rana y el escorpión, cuando éste quería atravesar un río y le pidió a la rana que lo llevara sobre su espalda porque él no sabía nadar.

El desenlace ya lo conocen, los dos perecieron, la rana envenenada por el aguijón y el escorpión ahogado. Señor presidente, convoque elecciones antes de ser envenenado, porque como se dice en la fábula, el picar del escorpión forma parte de su naturaleza.

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